Durante tres años Orlando Carribal (36) organizó una original carrera de karting “a tracción de sangre” en un área desértica de la Patagonia. Llegaron a participar 14 vehículos, en su mayoría conducidos por adolescentes y jóvenes, que eran alentados a su vez por más de 1.000 personas.

Pero todo terminó hace unos días cuando el municipio de Sierra Grande, costa atlántica de Río Negro, decidió frenar la actividad y lo multó por cerca de 100 mil pesos debido a las infracciones al protocolo de seguridad en la última edición del Campeonato de “Reci Kart”.

Carribal es remisero y también chofer de un vehículo fúnebre en la localidad sureña. Como remisero gana 6.000 pesos mensuales. Para salir del embrollo legal, el organizador optó por aceptar las contravenciones y pagar cuotas de 1.100 pesos hasta terminar con la multa. Tiene un hijo de seis años y es separado. El chofer no obtiene ganancias por su proyecto y los equipos pagan 100 pesos de inscripción que luego se reparten en premios a los primeros lugares de la competencia.

El Campeonato de Reci Kart comenzó en 2016. Se desarrollaron numerosas fechas a lo largo de 2016, 2017 y 2018. La idea es que un grupo de 10 personas arme su propio coche con materiales reciclados. El reglamento acepta solo un piloto pero el coche en cuestión puede ser empujado por los restantes 9 miembros en forma de posta cada 200 a 300 metros. En ocasiones tracciona uno o dos dependiendo de la estrategia del equipo.

“La multa se impuso debido a que pedimos un resguardo de seguridad para los corredores, con el que Carribal no cumplió. El monto lo fijó la jueza de faltas. Cuando la municipalidad auspiciaba nosotros cubríamos los seguros. No hay nada político. Esto fue motivado sólo por la seguridad de los participantes”, indicó al diario Río Negro Claudia Garrido, titular del área de comercio del municipio.