La gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, pidió ayer que la Justicia "pueda ampliar los arrestos domiciliarios para delitos no graves con penas de un año de reclusión" y dijo que aspira a que "siete de cada diez detenidos terminen sus estudios".

Vidal presentó ayer el nuevo Centro Integral de Monitoreo que se encargará de controlar en tiempo real los arrestos domiciliarios, las salidas transitorias y la violación de órdenes de exclusión que podrían derivar en violencia de género. En ese contexto, la mandataria manifestó su aspiración de que con el sistema de pulseras la Justicia "pueda ampliar los arrestos domiciliarios para delitos no graves con penas de un año de reclusión". El flamante organismo, que funcionará en esta ciudad, será el encargado de hacer un seguimiento de los 1.560 internos con prisión domiciliaria "con un preciso control del rango y zona de inclusión prefijados" y las salidas autorizadas por la Justicia "a través de un GPS y un chip SIM", se informó oficialmente.

El órgano está destinado a controlar arrestos domiciliarios, traslados de presos y las unidades penitenciarias a través de la colocación de cámaras. "Falta mucho pero empezamos, y empezamos en el sentido correcto. Estamos dando la pelea a la que nos comprometimos, que no se dio antes en 30 años de democracia", destacó la gobernadora, tras remarcar que "por primera vez en democracia nos planteamos empezar la reforma del sistema penitenciario bonaerense". Tras recorrer las nuevas instalaciones, la titular del Ejecutivo provincial explicó que "desde este centro vamos a saber qué pasa en tiempo real con todas las personas tienen arresto domiciliario". La tecnología instalada posibilitará también aplicarla en los casos de violencia de género mediante un sistema de pulseras duales con botones antipánico para alertar el acercamiento del agresor denunciado.