“El día que salgamos de la cuarentena vamos a tener un pico de delitos contra la propiedad” como consecuencia de la recesión económica y el impacto en la situación social que traerá aparejada la pandemia, anticipó la nueva interventora del Servicio Penitenciario Federal (SPF), María Laura Garrigós de Rébori,

Tras ser designada al frente de las cárceles federales por el presidente Alberto Fernández, la funcionaria reconoció además que “bajó muchísimo” la población penitenciaria durante la pandemia en virtud de los arrestos domiciliarios concedidos y una disminución del nivel de delitos.

La interventora junto al presidente Alberto Fernández.

“Esto desinfló un poco la olla a prisión”, graficó sobre las condiciones de detención y el hacinamiento del servicio penitenciario. Pero adelantó que se va a revertir el grado de ocupación de los penales cuando concluya el aislamiento preventivo, social y obligatorio dispuesto por el avance del coronavirus.

“Ayer hablábamos con la ministra (de Seguridad, Sabina Frederic). El día que salgamos de la cuarentena, con la crisis económica que vamos a estamos padeciendo y en el mundo entero, vamos a tener un pico de delitos contra la propiedad. Todas las crisis económicas han producido eso y esto va a revertir la situación de acomodamiento” en las cárceles, advirtió la titular del SPF.

Garrigós de Rébori dijo que uno de los ejes de su tarea es “trabajar con los patronatos de liberados que reúnen la mayor cantidad de internos" y que están repartidos en instituciones porteñas, bonaerenses y nacionales. “Ellos son los encargados de completar el tránsito desde el encierro a la libertad, para que la persona salga tenga redes de contención que le permitan afrontar otra vida, y no la vida que le determinó el encierro", puntualizó.

Acerca de la situación del sistema penitenciario federal en la pandemia, la funcionaria designada precisó que “por el momento no hay un brote dentro de las unidades" y negó que se haya producido una “liberación masiva de presos".

“No pasó, no hubo bandas de delincuentes corriendo por las calles”, agregó Garrigós de Rébori. “La gente le tiene miedo a los presos, dejan de ver que son personas. Los presos son parte de nosotros mismos, cualquiera podría estar en esa situación", completó.