El presidente Alberto Fernández afirmó ayer que Argentina forma parte del grupo de "menos de 10 países en todo el mundo" que empezarán a vacunar contra el coronavirus antes de fin de año, en un contexto en el que los países centrales "acapararon" las dosis para ellos.

Además, en diálogo con Radio 10, el Presidente pidió ser "cautos" y no "dejarse llevar por una guerra por momentos geopolítica y por momentos comercial" en torno al origen de la vacuna y advirtió: "Detrás de la venta de las vacunas hay un mercado de decenas de miles de millones de dólares; eso tenemos que entenderlo".

"Creo que somos menos de 10 (países) en el mundo, por eso es tan importante lo que hemos logrado", respondió el Presidente ante una consulta sobre qué naciones están iniciando el plan de vacunación.

No obstante, Fernández aclaró que no podía ser "categórico" con la respuesta porque las cifras son dinámicas en cuanto a los acuerdos que se sellan entre los laboratorios y los estados.

Según medios nacionales, entre 25 y 30 países han iniciado la vacunación. Entre ellos, EEUU, Reino Unido, Rusia, México y Chile.

"Hay que tener en cuenta que los laboratorios que han llevado adelante las investigaciones para tener la vacuna son laboratorios reconocidos en el mundo, de primer nivel, y esto no puede ser puesto en tela de juicio", declaró Fernández.

En ese sentido, marcó su agradecimiento "eterno" a la Federación Rusa por haber provisto dosis al país e insistió con que el mundo central "acaparó las vacunas" y "los países de la periferia están buscando con preocupación" poder acceder a ellas.

Aseguró que su Gobierno ayudará a Bolivia y a Uruguay a obtener dosis, en un contexto en el que los países desarrollados "concentraron todas las compras".

En este contexto, dijo que le comunicó al presidente de Bolivia, Luis Arce, y al canciller uruguayo Francisco Bustillo la voluntad de Argentina de "ayudarlos a conseguir la vacuna".

"Todo lo que podamos hacer para ayudar lo haremos, a ellos y a los que nos lo pidan", subrayó el Presidente, quien aceptó que "es dificultoso lo que viene" por cuestiones que tienen que ver con "demoras en la producción" y con las compras masivas que hacen los países centrales.

En ese sentido ratificó que mañana se iniciará en Argentina el plan de vacunación y planteó que el objetivo del Gobierno apunta a que "en abril tengamos vacunadas a todas las personas de riesgo".

Consultado sobre la existencia de una supuesta campaña para desacreditar la vacuna Sputnik V, pidió contemplar la guerra "comercial" y "geopolítica" entre los proveedores de vacunas.

Volvió a manifestar que le "llama la atención" el hecho de que "a la vacuna de Pfizer no le dicen la vacuna estadounidense; a la de Astrazeneca no le dicen la vacuna inglesa y a la vacuna de Gamaleya le dicen la vacuna rusa".

"Con todo el condimento que algunos quieren ponerle, se trata de un instituto que acumula varios premios nobeles en su historia", recordó.

Se refirió así al éxito alcanzado en el 2015 por el Centro Gamaleya, que desarrolló y registró dos vacunas contra el Ébola, a través de una plataforma de vectores adenovirales, un proceso que fue oficialmente aprobado por el Ministerio de Salud de la Federación Rusa.

En cuanto a los aumentos de tarifas, dijo que "cualquier corrección tendrá que hacerse en términos de la riqueza de la sociedad, es decir tener servicios que se puedan pagar".

Sobre Máximo

Fernández abrió la posibilidad para asumir él mismo al frente del justicialismo a nivel nacional, y que sea Máximo Kirchner el titular del partido de la provincia de Buenos Aires. "Hay un montón de compañeros que quieren que Máximo sea el presidente del partido a nivel provincial. Me parece posible", señaló.

Empezó distribución

Las 300 mil dosis de la vacuna Sputnik V que llegaron a la Argentina el 24 de diciembre último terminarán de ser distribuidas hoy en todo el país. La primera entrega de las vacunas, procedentes de Rusia, partió a las 4 de la mañana de ayer desde el depósito central en la ciudad bonaerense de Avellaneda, según informó el Ministerio de Salud. Para el traslado se utiliza una cámara de frío especialmente acondicionada a una temperatura de 20 grados bajo cero, según consignó la empresa Andreani en un comunicado.