El arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Agustín Radrizzani, emitió ayer un comunicado para aclarar que "el papa Francisco no ha tenido ninguna injerencia" en la decisión de realizar la misa el sábado último en la Basílica de Luján, a la que asistieron referentes del Frente Sindical que comanda Hugo Moyano y diferentes referentes políticos y sociales cercanos al kirchnerismo.

"La decisión de realizar la celebración de la misa en Luján fue absolutamente mía", agrega monseñor Radrizzani en el comunicado.

"No hubiese sido pertinente negarme al pedido que me hicieran hace 40 días ya que valoré como muy positiva la intención de rezar por la paz, el pan y el trabajo", prosigue el prelado. "Nunca tuve la intención de apoyar a un partido", sostuvo. "Lo esencial para mí, en estos momentos históricos, es aprender a caminar juntos para superar la dolorosa brecha que vivimos", cerró la misiva.

El sábado pasado, Radrizzani ofició una misa frente a la Basílica de Luján, donde aseguró que "nuestro pueblo debe ser artífice de su propio destino y no quiere tutelajes, ni injerencias donde el más fuerte subordina al más débil".

"Si realmente queremos un cambio positivo tenemos que asumir humildemente nuestra sana interdependencia. Pero interacción no es nunca sinónimo de imposición. El futuro de la Nación no está únicamente en manos de los dirigentes: está fundamentalmente en manos de nuestro pueblo", aseguró Radrizzani.

A la misa asistieron, entre otros, los dirigentes sindicales Hugo y Pablo Moyano, Hugo Yasky, Ricardo Pignanelli y Roberto Baradel, mientras del arco político estuvieron presentes Daniel Scioli, Felipe Solá, Eduardo Valdez y Guillermo Moreno. El referente de Camioneros, Pablo Moyano, había dicho que el acto contra el Gobierno en la Basílica tuvo el apoyo de Francisco.