El oficialismo en Diputados no lograba la cosecha de votos para sancionar la ley que le permite al Gobierno administrar la pandemia. La Casa Rosada deberá recalcular su hoja de ruta y renovar, una vez más, las medidas sanitarias por decreto.

El Presidente tenía altas expectativas puestas en el Congreso. Calculaba que, si el proyecto que envió el Poder Ejecutivo (con parámetros epidemiológicos) se sancionaba hoy, a la Casa Rosada solo le restaría promulgar la norma mañana. Así, la ley entraría en vigencia a partir del sábado, cuando caduca el decreto actual. Pero ese plan por ahora no prosperó en el ámbito legislativo y ahora los funcionarios nacionales deberán redactar un nuevo decreto de necesidad y urgencia (DNU).

Lo que aún debe evaluar el Gobierno nacional de Alberto Fernández es si a las restricciones de base (nocturnidad, clases y reuniones sociales) le agrega otras excepcionalidades por la pandemia. Una de las alternativas más firmes que se barajaba en los despachos de la Casa Rosada es sostener los cierres de fin de semana. Todavía no estaba definido.