Adolfo Rubinstein condenó la actitud del gobierno de Tucumán, que le practicó una cesárea tardía, el martes por la noche, a una niña de 11 años que había sido violada. “Esto es una tragedia”, resaltó el funcionario, al referirse al abuso sexual intrafamiliar que sufrió la pequeña y a la dilación de la Interrupción Legal del Embarazo requerida por ella y su familia.

“Son casos que ahora salen a la luz, pero antes se barrían debajo de la alfombra”, subrayó el secretario al reclamar que se cumpla el fallo FAL de la Corte Suprema (que permite la interrupción del embarazo si proviene de una violación) en todos los casos en los que corresponda.

El Sistema Provincial de Salud (FIPROSA) de Tucumán, que dirige Gustavo Vigliocco, estaba obstinado en obligar a la niña a gestar, a pesar de que en cinco oportunidades ella había requerido que le practicaran un aborto. En incumplimiento del fallo FAL, llevó el caso a la Justicia y aplicó una estrategia para vulnerar sus derechos bajo el supuesto objetivo de “salvar las dos vidas”.

“El fallo FAL tiene que estar puesto en blanco sobre negro en las leyes argentinas”, reiteró Rubinstein al resaltar que en este caso “es claro que es no punible” el aborto que solicitaba la niña y la provincia le negó. “La ley es explícita: si hay consentimiento de la chiquita y de los padres tiene que procederse a la interrupción legal porque hay una causal clara”, manifestó el funcionario.