Sergio Maldonado era un emprendedor bonaerense anclado en Bariloche, un vendedor de te con una pyme, un hijo de la crisis de 2001 y eso fue su vida hasta que la desaparición de Santiago detonó para siempre la rutina en la montaña. El 1º de agosto del año pasado un llamado le cambió el eje cuando alguien le avisó que su hermano menor no aparecía, tras un corte de ruta del día anterior y un operativo de Gendarmería en tierras habitadas por mapuches.

"El del otro lado no sé qué piensa, que uno tiene una fundación. Pero yo también laburo, tengo que ir, despachar una caja de te, tengo que atender la nieve en mi casa, o si se me tapa una canilla. Y de repente pasa algo con la causa, y muchas veces me entero por los medios, y hay que estar con eso. La vida que teníamos ya no está más, ya no hay tiempo para ver una película o jugar al fútbol. Es una pesadilla", comenta Sergio Maldonado, de 45 años, en relación a su indeseada condición de víctima, o símbolo de la búsqueda de Justicia por la muerte de Santiago. A eso él llama "la lucha diaria".

Desde hace un año Sergio Maldonado, además de fabricar te, habla en foros internacionales de Derechos Humanos, camina del brazo de las Madres o Abuelas de Plaza de Mayo, se reúne con el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel. Es un capítulo dramático de su vida que no imaginó cuando en 1999, con su esposa Andrea Antico, empezaron la vida patagónica tirando paños en ferias de artesanos, lo mismo que hacía Santiago hasta que desapareció.

"La pérdida de Santiago nos generó dolor y nos obligó a postergar muchas cosas, nos cambió la vida, no somos más anónimos, los objetivos cambiaron, los intereses previos se perdieron. Y encima tenemos la pérdida económica, no podemos trabajar como lo hacíamos antes. Tenés que convivir con todo eso y con personas diciéndote que uno busca lucrar con la muerte, se hace difícil", dice Sergio, y suena abatido.

-Se habla de que ustedes mantienen la causa abierta porque reciben un subsidio.

-El subsidio es una estupidez. Nosotros somos socios del sistema de millas de Aerolíneas hace 24 años. Juntamos puntos y viajamos. La fiscalía está en Esquel, el juzgado en Rawson, vamos a Buenos Aires. El otro día un matrimonio grande nos vio en el avión y dijo "y encima viajan en primera". Hay que convivir con esta cosa de las mentiras, porque el mismo que te ataca sabe que es una mentira. No cobramos un subsidio. Estaría bueno aclararlo. Y si cobráramos un subsidio sería porque el Estado acepta que es culpable. Ojalá fuera así porque reconocería algo.

-¿Cree que se va a saber cuáles fueron las circunstancias en las que su hermano murió?

-Pasa el tiempo y nos alejamos de la verdad.

-¿Cuál es su hipótesis sobre lo que ocurrió entre la mañana del 1º de agosto, con el operativo de Gendarmería, y el 17 de octubre, que apareció Santiago muerto?

-Qué pasó no lo sé. Sí sé que el cuerpo ahí no estaba durante los rastrillajes previos del 5 de agosto y del 18 de septiembre, que se hicieron con 400 efectivos. Ellos estuvieron ahí. Al del 18 no nos dejaron entrar y tuvieron maniatados a dos mapuches que estaban en el territorio durante 12 horas. Ni siquiera dejaron entrar a (el Defensor Oficial, Fernando) Machado. Y no encontraron nada. No es un capricho nuestro.

–La autopsia determinó que Santiago murió ahogado y con hipotermia, y que no había ni golpes ni signos de arrastre en el cuerpo. ¿Para usted eso cierra el caso?

-La autopsia no dijo nada. No dijo cuándo murió, ni dónde ni cómo.

-La autopsia sí dice que su hermano murió ahogado.

-No niego el ahogamiento, eso dice la causa. ¿Pero inducido por qué? Nadie anda metiéndose en un río porque sí, donde la profundidad del agua es muy baja y se ahoga solo, ni se queda escondido durante 78 días en un lugar a la vista de la orilla. ¿No lo vieron? Es absurdo que un cuerpo haya jugado a la escondida.

-¿La familia tiene la idea de que el cuerpo fue plantado en el lugar que se halló?

-Solo sé que el cuerpo no estaba ahí donde lo encontraron. Qué pasó en esos 78 días que no estuvo, no tengo idea. No puedo decir pasó tal cosa, se lo llevaron, no lo tuvieron, estuvo tantos días vivo, no tengo pruebas ni me lo dicen. Tratamos de desmenuzar la autopsia. Cuando nos aclaren eso podremos tener un panorama.

-La autopsia no fue concluyente con el tiempo que permaneció sumergido. Se plantearon tres opciones.

-Sí, que pudo haber estado en el agua 53 días, 60 o 73. No 78 días. Y no es exacto. Lo que sí sé es que el cuerpo ahí no estaba el 5 de agosto ni el 18 de septiembre.

Fuente: Infobae