La ex presidenta Cristina Kirchner acaba de ser procesada por el juez Claudio Bonadio en la causa que investiga los cuadernos de las coimas. La considera jefa de la asociación ilícita que se dedicaba a cobrar coimas de las empresas contratistas de la obra pública. 

Dólar futuro

El juez Claudio Bonadio ya elevó el expediente a juicio oral. Está procesada por el delito de administración infiel en perjuicio del Estado. El juez considera que hubo delito en vender operaciones de dólar futuro a un precio más bajo del que pagaba el mercado. Están procesados el e ministro de Economía, Axel Kicillof, y el ex presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli.

Memorándum con Irán

El juez Claudio Bonadio también envió a juicio oral la causa que investiga el encubrimiento del atentado a la AMIA. Está procesada y tiene un pedido de prisión preventiva, pero permanece en libertad porque tiene fueros parlamentarios por ser senadora. El expediente investiga si hubo un pacto con Irán para vender petróleo a cambio de impunidad para los acusados de volar la AMIA.

Direccionamiento de la obra pública

El juez Julian Ercolini la procesó y envió la causa a juicio oral. El procesamiento es por asociación ilícita y fraude por haber favorecido y direccionado obra pública para el empresario Lázaro Báez. Según la Justicia, el kirchnerismo armó una estructura para beneficiar a Báez con contratos viales. Es la primer causa contra Cristina en la que se la juzgará por un caso vinculado directamente a la corrupción.

Los Sauces

Está procesada. El juez Julián Ercolini la investiga por asociación ilícita, lavado de dinero y dádivas. Es por el alquiler de propiedades a a Lázaro Báez y Cristóbal López que serían dádivas por las obras que recibían. También están procesados sus hijos Máximo y Florencia Kirchner 

Hotesur

La ex presidenta está procesada junto a sus hijos, Máximo y Florencia Kirchner por lavado de activos. En la causa Hotesur, la hipótesis que se investigó es que la ex familia presidencial recibió dinero “a través del negocio hotelero bajo cierta apariencia de legitimidad”, lo que le aseguraba -según señaló el juez Julián Ercolini- poder declarar esos fondos ante el organismo anticorrupción y ante el fisco “ocultando su verdadero origen”, supuestamente ilícito. Quienes pagaban esas pagaban habitaciones de hotel eran Lázaro Báez y Cristóbal López.