"No daba más". "Quería salir". "Hace dos meses que no pisaba la calle". Las exclamaciones surgieron tanto de padres como de chicos, en este primer día de salidas a pasear (con algunas restricciones) para los menores de 16 años en la Ciudad de Buenos Aires, acompañados por un padre o adulto responsable cuyo DNI finalice en número par. Para el domingo, podrán sacarlos los adultos con terminación impar en su documento. La medida forma parte de la flexibilización de la cuarentena por el coronavirus.

Con mayoría de padres, las salidas recreativas de los niños en la zona de Palermo del Paseo de la Infanta, y sobre Libertador, se sintieron como un “alivio teen” a la cuarentena. Hubo hombres con sus hijos en bicicletas, monopatines o rollers. En cuanto a las madres, se las vio con carritos de bebés.

Guillermo Barros (46) es gastronómico, dueño de uno de los restaurantes tradicionales más importantes de la zona de la Facultad de Medicina, el Bar San Martín. En la primera salida recreativa con su hijo, eligieron dar unas vueltas en bicicleta. Ningún sábado solían salir juntos padre e hijo, menos a las 10 de la mañana. A Agustín (15) no le gustan las salidas, pero igual prefirió salir.

"Hace 50 días que mi hijo no sale. Para toda la familia es una situación muy difícil porque dejamos de atender el bar como siempre y empezamos a hacer delivery. Aprovechamos estas cinco cuadras que podíamos salir para dar una vuelta. Él no se cruzó con ningún amigo pero podría hacerlo en las próximas salidas", comentó Guillermo a Clarín.

Paul Mendrich (39) está a cargo de Glovo Argentina y salió con Eloisa, de un año y medio. "Lo mejor es cuidarse, cuidarla a ella. Vivimos en un departamento y esta es la primera salida con Eloisa. Esto le va a hacer bien a todos. Mi hija ya entiende la diferencia entre estar adentro del departamento y estar en los bosques de Palermo. Es permitirle que toque el pasto otra vez", comentó.

Una situación futbolera se dio allí mismo en Palermo. Como cuando se arma una barrera y no se respeta la distancia. Los Agentes de Prevención del Gobierno de la Ciudad están distribuidos cada unos 200 metros y dos de ellos tuvieron que hacer las veces de árbitro. Se acercaron a “separar” a dos padres con sus hijos que se habían encontrado en el medio del verde. Uno de ellos hacía ademanes para mostrar la separación entre cada familia. Ganaron las autoridades: un padre y un hijo por una lado, una madre y su hija por el otro. No se fueron contentos.