Tras el mensaje de la Iglesia al presidente Mauricio Macri, que criticó las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional ( FMI) y lo instó a mantener una firme posición en contra del aborto, el canciller Jorge Faurie se verá el martes con el papa Francisco en el Vaticano.

El viaje, previsto hace semanas, se trata de una devolución de gentilezas. Según explicaron fuentes de la Cancillería , además de saludar al Santo Padre, Faurie tiene previsto un encuentro con el canciller de la Santa Sede, el arzobispo británico Paul Richard Gallagher, que ocupa el tercer cargo más importante en la Curia romana.

La reciprocidad es porque el secretario para las Relaciones con los Estados del Vaticano estuvo en nuestro país en noviembre último y fue recibido por Macri en la quinta presidencial de Olivos.

El canciller llegará a Roma pasado mañana y al día siguiente participará de la misa matutina que dará el Papa en Santa Marta. A priori no está previsto un encuentro a solas, sino un saludo.

Un rato después se reunirá con Gallagher y el secretario de Estado, Pietro Parolin. Por la noche está previsto que participe de una comida de caridad para el misionero argentino en Madagascar, Pedro Opeka.

"El viaje tiene una agenda internacional y otra social. Faurie va para reforzar el vínculo", describieron fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Además, cerca de Faurie, que fue alumno del Papa en el Colegio Inmaculada Concepción de Santa Fe donde Jorge Bergoglio daba clases de literatura, calificaron la relación entre el Gobierno y la Iglesia como "normal". Y agregaron: "Compartimos las mismas preocupaciones".

En su encuentro con Gallagher, el Presidente le contó las políticas iniciadas para combatir el narcotráfico, la corrupción y la pobreza. El arzobispo británico le dijo que el Santo Padre coincidía con esas preocupaciones.

Una relación difícil

Más allá de los gestos de acercamiento, la relación entre la Casa Rosada y el Vaticano ha tenido más idas que vueltas. Incluso, en los últimos meses se hizo más distante. A principio de año, el Papa anunció a través de la Conferencia Episcopal que no visitará el país durante este año, lo que representa que Francisco no pisará la Argentina durante el primer mandato de Macri. Pero lo que puso mayor distancia fue la decisión de Macri habilitar el debate sobre el aborto en el Congreso.

Cerca de Macri descartan inconvenientes y hablan de un vínculo "maduro" y formal.

El último contacto oficial entre el Gobierno y el Papa fue a mediados de marzo. El papa Francisco había enviado una carta a los argentinos, en la que pidió perdón a las personas que puedan sentirse ofendidas por sus gestos. Fue una respuesta a una misiva que le enviaron por el aniversario número quinto de su pontificado dirigentes de distintas corrientes políticas, religiosas e ideológicas.

Francisco resaltó particularmente el hecho de que figuras de tan diversas posiciones -María Eugenia Vidal, Juan Grabois, Sergio Massa, Gabriela Michetti, Roberto Baradel yEugenio Raúl Zaffaroni, entre otros- se unieran al menos para transmitir un mensaje y aspiraciones en común.

"Puedo asegurarles que mi intención es hacer el bien y que a esta edad mis intereses ya tienen poco que ver con mi persona. Pero, aunque Dios me confió una tarea tan importante y Él me ayuda, no me liberó de la fragilidad humana. Por eso puedo equivocarme como todos", dijo el Santo Padre en un texto que le envió al presidente del Episcopado, monseñor Oscar Ojea.

Solo transcurrieron dos meses, pero todo cambió. Hoy ese escenario de unidad y reflexión quedó en el pasado. Las viejas tensiones volvieron a asomar en la relación. El debate por el aborto fue un disparador, pero no es el único. En este contexto, el canciller, su alumno, llegará al Vaticano con la intención de volver a tender puentes sólidos con el papa Francisco.

Fuente: La Nación