Señor director:


La embriología nos enseña que la biología moderna establece que el desarrollo de un individuo comienza en el mismo momento de su concepción, de modo que el nuevo fecundado constituye una vida independiente y dotada de individualidad propia. Desde ese momento es un ser humano, cuya vida no puede ser destruida por ninguna práctica abortiva, cualquiera sea la justificación que se pretenda buscar. La ley natural manda respetar toda vida humana y no se puede agredir directamente la vida de la madre, ni la vida del hijo. Toda vida humana tiene esencialmente el mismo valor y hay que hacer todo lo posible para salvar una y otra vida. Por ello, el aborto provocado constituye un asesinato, en particular si se considera que se elimina un ser humano.


Hay que considerar asimismo el elevado número de mujeres que tras el aborto presentan trastornos orgánicos y mentales, como consecuencia de aquél. Son funestas las consecuencias psíquicas en la mujer.