Pelé le entrega la corona al gran Amadeo. Copa de las Naciones 1964, en Brasil


Fui uno de los privilegiados en ir al Bicentenario la noche inolvidable de Argentina-Brasil de hace unos días. Estuve con una anticipación de cuatro horas, y ya había bastante público. Pero nada importaba. No tenía dudas que "pasarán muy muchos años, muchos más" (Sabor a mí), para que nuestra provincia viviera un evento de tal magnitud. En la cancha se reunían el quíntuple campeón mundial, Brasil, el mejor jugador del mundo, Messi, y una selección argentina que desde hace mucho no veo despertar tanto entusiasmo en la afición. Para más, era una ocasión para los brasileños de "vengar" la derrota en la final de la Copa América. Un "combo" perfecto.


Para encontrar una selección así, me remonto a dos triunfos extraordinarios. En 1957, Sudamericano de Lima, fue 3 a 0, al año siguiente Brasil fue campeón del mundo, con el "destape" del gran Pelé, que tenía 17 años. En cambio, en ese torneo de Suecia, en 1958, Argentina comenzó a andar a los tumbos. Fue eliminada con un 6 a 1 por parte de Checoslovaquia, y el Mundial de 1962 en Chile, fue otro fracaso, mientras los brasileños obtenían su segundo mundial consecutivo. Se lesionó Pelé, pero apareció un tal Amarildo y otra vez campeón. Vino entonces el año 1964 y con Brasil organizando la Copa de las Naciones. Era para festejar los 50 años de la Confederación Brasileña, y los dos campeonatos mundiales acumulados a ese momento. De apuro fue llamada nuestra selección, pues el invitado inicial era Italia, que no pudo concurrir, y los otros, aparte del organizador, eran Inglaterra y Portugal. La AFA reunió un grupo de jugadores y puso al frente al ya veterano, en ese entonces, "Pepe" Minella, el viejo entrenador de River. Había que ir a "no pasar vergüenza". Y la primer sorpresa vino con un 2 a 0 frente a Portugal, con goles de "Toscano" Rendo, aquel gran ocho de Huracán, y del "Tanque" Rojas, que venido de Lanús jugaba para Boca. Para Portugal jugaba el gran Eusebio. En el otro partido de ese cuadrangular, todos contra todos, Brasil liquidaba 5 a 0 a Inglaterra y nos esperaba para la segunda fecha. Argentina formó con: Carrizo, Ramos Delgado y Vieytes; Simeone (padre del "Cholo"), Rattin y Varacka; Onega, Rendo, Prospiti, Rojas y Messiano. La extraña posición de este joven jugador, que pertenecía a Argentinos Juniors, tenía un solo propósito: marcar de cerca a Pelé. Y lo hizo a la perfección. El astro brasileño, que no podía ejercer su juego, la dio un cabezazo que le quebró la nariz, y Messiano debió dejar la cancha. Entró el "Oveja" Telch, integrante de los "caras sucias" de San Lorenzo y Rattin tomó la marca de Pelé. A los 43', Ermindo Onega marcó el 1 a 0 para Argentina. En el segundo tiempo el árbitro "vió" un penal inexistente de Rattin hacia Pelé. El penal fue desviado por Carrizo. En jugadas sucesivas Telch marcó el segundo y después el tercero, con lo que se consumó el triunfo de Argentina frente a los campeones del mundo. Fue muy emotivo y así nuestra selección logró la copa en el país organizador. La prensa festejó el gran triunfo, coronando el comentario de Osvaldo Ardizzone en El Gráfico, con una foto donde se lo ve a Pelé alcanzándole la pelota al "eterno" Amadeo Carrizo. Simbólicamente, el "Rey" entregaba la corona al gran arquero argentino.



Orlando Navarro
Periodista