El director de la Real Academia Española, Darío Villanueva anunció el 20 de febrero pasado, el nacimiento de un nuevo miembro en la familia de la lengua castellana. La noticia es que en el Estado de Israel se creará la Academia Nacional de Ladino. Se trata del idioma que hablan los judíos descendientes de los que fueron expulsados de España en el siglo XV. Con el transcurso de los siglos fueron incorporando las palabras de cada cultura donde se asentaron. El habla de la judería tiene elementos heterogéneos, palabras hebreas, portuguesas, arameas. Mientras que gradualmente se incorporó el turco, italiano y griego. 


El idioma ladino recibe distintas denominaciones: judeoespañol, judezmo. Es la lengua derivada del español de los judíos sefaradíes. La denominación bíblica de la península ibérica como Sefharad inspiró a los judíos expulsados a denominarse sefaradíes. Ellos se establecieron en el Norte de Marruecos y en el Imperio Otomano y mantuvieron el idioma español.


El judeoespañol es considerado por la UNESCO como lengua en serio peligro de extinción. El Holocausto, el exterminio físico de miles de hablantes del judeoespañol cortó la cadena de transmisión de una generación a otra. El desmembramiento del Imperio Otomano, con el surgimiento de estados nacionales en los Balcanes, fue en detrimento de la lengua de minorías. Actualmente se habla en distintos lugares del mundo, en el ámbito hogareño por personas de edad avanzada.


El ladino o judeoespañol tiene un importante refranero, enseñanzas, consejos, con humor:
"Palabra y piedrada no tornan atrás''. "Dios es tardoso, más no olvidoso''. "Una golondrina no fase primavera''. "Casa sin muzher y barca sin timón lo mismo son''. "Ojo ke no ve, corazón no duele''. "Anyada buena e dulce''. "Un hombre sin amigo, es la mano siniestra sin diestra''. "Las paredes tienen oyidos''. "Kuando una puerta se cierra, cien se avren''. "Quien dice de mi, que se mire a si''. "Por la caye del después, se va a la casa de nunca''.


La creación de esta rama de la Real Academia Española dedicada al ladino en Israel, permitirá rescatar valiosos elementos de la lengua, la cultura y la identidad sefaradí. Recordemos que España ha reconocido la deuda histórica con los sefaradíes en el terreno legal, al posibilitar la concesión de nacionalidad española a descendientes de los que fueron expulsados en 1492.