En medio de esta unanimidad de opiniones en pandemia, es muy difícil que se escuchen voces disidentes. Pero me parece que resultan más imprescindibles que nunca. Hay que tener en claro que la confrontación política que busca limitar el poder del oficialismo es necesaria para la vida democrática. Para todos, mayorías y minorías. Ser oposición no se trata de estar opuestos a todo, sino a favor de lo que le conviene y le hace falta al país, a la provincia, a un municipio. Aun sin compartir la ideología del oficialismo, debemos aceptar que la única manera de que a todos nos vaya bien, es en el mismo sentido, para que nuestro país crezca lejos de las diferencias y también de los oportunismos políticos. Me parece muy importante que en tiempos de Covid-19, sea una oportunidad para que los que nos situamos del otro lado del gobierno, demostremos que somos capaces de dialogar desde un espacio común, dejando de lado los individualismos, proponiendo un conjunto de políticas públicas para un modelo de país que respete las instituciones y resguarde los derechos de las personas; que por supuesto el gobierno tiene que administrar los resortes del estado y rendir cuentas a la población, esto es una catástrofe sanitaria y no se combate con hazañas nacionalistas. Defendamos la vida, pero también la libertad, porque si al final de esta emergencia perdemos libertad, es muy preocupante. Que nos informen con transparencia y respeto, que se banquen las opiniones diferentes y que no tengamos un presidente que nos diga que María Eugenia Vidal, fue lo peor que le pasó a Buenos Aires, cuando el peronismo gobernó durante los últimos 28 años esa provincia. 


Puedo equivocarme, no tengo la verdad absoluta. Pero si lo que pretendemos desde este lado es representar a quienes aspiran a otro modelo de país, es necesario que demostremos coherencia y sensatez en un proyecto común que trascienda. Ante semejante unanimidad de opiniones en tiempos de pandemia, frente a un consolidado oficialismo, es hora de consensuar, sin dejar de lado las convicciones y los ideales que cada uno defiende, con propuestas de equilibrio que le devuelva a gran parte de la sociedad la esperanza, de que es escuchada por una dirigencia política que demuestre madurez y credibilidad. No hay que tenerle miedo ni desprecio a la política. Hay que recuperarla, a partir de reconocer y asumir los errores cometidos con una propuesta seria y consensuada, dando el ejemplo y generando confianza.

Concentración de poder

Luchemos contra la concentración de poder en todos sus ámbitos y con esto, el manejo discrecional y poco transparente de los fondos públicos, en particular los de los sectores mas vulnerables. Ejemplo de ello, los sobreprecios que se pagaron en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación; debemos accionar sin temor alguno contra la corrupción en el estado, que no hace otra cosa que moldear un mal ejemplo de país para una sociedad que está hastiada de tanta indecencia y prepotencia. 


Juan Manuel Sansó
Concejal de la Capital- Partido ACTUAR