Señor director:


Llega la época de elecciones, se agita el mundo político y nadan en la superficie de la ciénaga los atractivos peces de colores que siempre engañan al electorado con palabras o prebendas. Aparece un libro escrito por CFK que se parece mucho a un compendio de cientos de "cadenas nacionales" que envenenaron nuestra vida diaria en largos años. La escritora, con su pedantería y narcisismo extremo y plagada de mentiras, logra llamar la atención de muchos y el desprecio de la mayoría que ya no la soporta más. También hizo su aparición un ventajero servil a sus propios intereses: Sergio Massa, que en las fotos parece una oferta de dentífrico; pero en la realidad es un rastrero de su propia trayectoria: fue cómplice por acción u omisión de lo sucedido con la corrupción durante su gestión ante la Anses; luego "olvidó" todo lo que vio u oyó cuando fue jefe de gabinete de CFK y los aborígenes Qom, Wichis, etc., eran perseguidos y exterminados por Insfran, Capitanich y otros. Se rodeó en el Frente Renovador de Alberto Fernández, Felipe Solá, Graciela Camaño, entre otros. Denostaron a su ex jefa CFK, pero ahora se la ofrecen al pueblo como su salvación. Rescatan del olvido a Roberto Lavagna que quiere ser presidente. Aunque se parece más a la gata Flora que a un candidato sólido. El puesto a dedo por CFK, Alberto Fernández, con intención de darle fueros e impunidad a su mandamás, es acusado ante el fuero federal por una diputada del Mercosur (Mariana Zuvic) y es testigo contra CFK en el juicio por la obra pública direccionada a favor de Lázaro Báez. No me quiero olvidar de Agustín Rossi, que se pelea con Miguel Pichetto; pero hace alianza con uno de los máximos antisemita como Leopoldo Moreau. Lo voté a Macri y lo volveré a hacer. Claro que estoy desencantado; pero antes de votar haré desde mi humilde posición de ciudadano lo indecible para continuar en la senda del esfuerzo y el sacrificio y seguiré pagando la fiesta del facilismo y la "belle epoque" del cristinismo.



Jorge Rubnicius   DNI 4.392.258