Hay una virtud que se le atribuye sólo a algunos dirigentes políticos. Se trata de un selecto grupo con habilidades para leer con extraña precisión los tiempos propios y de los rivales. Existen en todos los partidos políticos, pero el peronismo evidentemente los ha sabido criar y conservar con mayor éxito. Ya sea por esa extraña habilidad, por austeridad en los difíciles tiempos que se viven o por lo que sea, el gobernador Sergio Uñac bajó orden de planchar la campaña y, en consecuencia, los sanjuaninos asistiremos en esta segunda etapa de este extenso año electoral a una disputa política de menor intensidad a lo que ya vivimos en las PASO. Se notó esta primera semana y así va a ocurrir hasta el dos de junio, al menos esos son los planes hoy. En la oposición sanjuanina se quedaron sin discurso, por tanto, si el oficialismo no impulsa cambios, sólo le restará mostrará la gestión o 'el modelo', como dijo ayer Roberto Gattoni, para al menos conservar las cifras que obtuvo en las Primarias.


El diputado nacional Eduardo Cáceres dijo que prefiere hablar después de las elecciones. Lo mismo aseguró el senador Roberto Basualdo. Marcelo Orrego se negó a los mano a mano con los periodistas durante las Primarias y parece que hará lo mismo en esta segunda etapa. Ojo, no le fue mal, porque los 32 puntos que obtuvo son más de los que ellos y hasta el oficialismo pensaban que iba a sacar. Fabián Martín está de cabeza caminando su departamento (nunca dejó de hacerlo) porque le acecha el peronismo, que olfateó sangre y aprieta el acelerador. ¿Quién queda? La UCR, socia de Con Vos, no tiene peso ni siquiera dentro de esa coalición y los candidatos del resto de la oposición no juntan ni 10 puntos entre todos. No es que no haya oposición, es que la oposición se quedó sin discurso. Supongamos, por ejemplo, que al presidente Mauricio Macri se le ocurriera venir a inaugurar alguna obra. No sobran las inauguraciones en el país, como todo mundo sabe. ¿Quién lo recibiría? ¿Cáceres? ¿Rodolfo Colombo? El rubio jefe de Anses designado por Macri, aunque seguramente no lo admitiría jamás micrófono en mano, haría todo lo posible por no estar en la foto, porque no quiere quedar pegado a la imagen del mandatario nacional. ¿Quién queda después? Miguel Arancibia, Enrique Conti, es decir, no son muchos ni tampoco de amplia aceptación popular. Nadie de peso.


Seguramente el Gobernador recibiría al mandatario nacional, porque es su obligación institucional, pero en lo político y en plena campaña electoral el Presidente no tendría un referente local, alguien que lo defienda, sólo le queda el diputado nacional. Sería un papelón. Con Vos intentó (y en parte logró) desvincularse de la imagen de Macri, pero en esa acción se quedó sin discurso. No critican a la provincia, tampoco a la Nación. No aplauden a la provincia, tampoco a la Nación. Y una campaña electoral, en un año en el que también hay elecciones nacionales como este 2019, no se sustenta solamente mostrando una buena administración municipal. Lamentablemente el monopolio del discurso ha quedado a entera disposición del oficialismo, tras la jugada de Orrego de desvincularse de Macri.


A Uñac, al tanto de esa situación, sólo le restó conocer un par de números para tomar la decisión. Una encuesta que llegó a esta redacción, que pudo haber pasado antes por las manos del Gobernador, terminó de confirmar la estrategia: En Capital, Emilio Baistrocchi ostentaba a fines de abril el 58 por ciento de intención de voto, frente al 22,3 de Rodolfo Colombo. En ese mismo distrito Uñac orilla el 60 y Orrego suma 26,7 por ciento. En Caucete, donde el dominio político es de la oposición, Romina Rosas ya supera el 60 por ciento de intención de voto, y el intendente Julián Gil llega el 29,5 por ciento, casi la mitad. En ese departamento del Este sanjuanino, el Gobernador supera el 80 por ciento y el intendente de Santa Lucía apenas pasa el 12 por ciento. La diferencia es abrumadora. Parece que una situación similar ocurrirá en 9 de Julio, aunque esos guarismos no estaban en el papel que llegó a esta redacción. En el caso de Rivadavia, el frente Todos guardaba cierta esperanza de que la radical Delia Pappano se convirtiera en la llave de la victoria peronista, pero finalmente eso no ocurrió (al menos en los papeles) y Martín, trabajando un poco más de lo que lo hizo para las PASO, se encamina a defender ese territorio. En pocas palabras, si no pasa nada escandaloso el oficialismo sanjuanino se apresta a ganar en 17 de los 19 departamentos, recuperando dos (Caucete y 9 de Julio), sin apretar el acelerador.


Sabiendo aquello, Uñac le fue claro a su tropa: preocúpense por la gestión y bajen los gastos. Y eso es lo que está haciendo la mayoría. La campaña será mucho más austera que en las Primarias, también porque la crisis empezó a impactar en todas partes, por eso el paquete de medidas que anticipó este diario hace siete días y que terminó por confirmar el gobierno el viernes pasado.


El uñaquismo volverá a otorgar fondos y espacios publicitarios en los medios (y esta vez será el doble), por tanto los partidos de la oposición tampoco sentirán demasiada picazón por salir a criticar, los pocos que quieran hablar. La mayoría deshoja la margarita esperando el trámite del 2 de junio. En resumen, alguien ya contó el final de la película electoral y nadie chilló.