"Que siempre ha habido chorros, maquivelos y estafaos, contentos y amargaos, varones y dublé"... "vivimos revolcaos en un merengue y en el mismo lodo, todos manoseaos"... "Hoy resulta ser lo mismo ser derecho que traidor"... "Mezclao con Stavisky (un gran estafador de origen ruso famoso en Francia) va Don Bosco (creador de los colegios salesianos) y La Mignon (una querida), Don Chicho (jefe de la mafia argentina) y Napoleón, Carnera (Primo Carnera, mal boxeador de peso pesado) y San Martín"..."igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches (viejas casas de empeño hoy en desuso) se ha mezclao la vida"... Escrito en 1935, el tango de Discépolo describía la llamada "década infame" del fraude electoral en Argentina, el descrédito del mundo capitalista luego de la caída de la Bolsa de New York en 1929 que hizo derrumbar en cascada la economía mundial, el nacimiento del nazismo luego de la hiperinflación que sufrió Alemania castigada por el tratado de Versalles y el desarrollo del comunismo en Rusia. Un desconcierto general que costaba interpretar hasta a los intelectuales más afilados.

En estos días hay momentos en que nos vemos con el mismo grado de aturdimiento que, nos imaginamos, se habrá sentido en aquellos años. En el mundo, Trump con su capitalismo nacionalista, toda una contradicción, en China Xi con su comunismo de libre mercado y expansionista en inversiones más raro aún; los ingleses, después del Brexit ahora también nacionalistas. Todo eso junto a la guerra religiosa entablada contra occidente por grupos musulmanes, Isis, Irán, lo que quede de Al Qaeda y los terroristas del Líbano más las consecuencias del cambio climático que no son sólo de clima sino también económicas y sociales. 

Mejoró el perfil externo pero los indicadores económicos internos son malos.

Entre nosotros la CGT de Moyano, exaliado de Néstor y Cristina, anunciando un Paro General para el 29. Su objetivo es tan difuso que ni parecen conocerlo sus organizadores. Desde Córdoba el triunfo del Juan Schiaretti agregó algo de certeza en un sector del peronismo, presentando un nuevo jugador con capacidad de veto para la fracción no kirchnerista. No obstante, para desorientarnos, primero se reunió con Macri en Casa de Gobierno charlando durante una hora bajo la excusa de discutir algunos puntos del acuerdo de 10 propuesto por el Ejecutivo, todo un símbolo aceptar una iniciativa negada por sus colegas. A todo esto la senadora Cristina Fernández, quien se suponía precandidata a la Presidencia de la Nación, se presentó en el plenario del PJ oficial conducido por Gioja en lo que pudo leerse como señal de acercamiento, para dos días después anunciar unilateralmente desde redes sociales que resignaba su posición en favor de su exministro Alberto Fernández. Claro, dejó al PJ que la recibió "colgado del pincel" sin escalera. Insólito y nunca antes visto en ningún lado que el número 2 designe al número 1. Contemporáneamente, la Corte Suprema de Justicia intentó suspender de hecho un juicio oral a la ex Presidente pidiendo los 70 cuerpos del expediente al Tribunal Oral Federal 4 días hábiles antes de la fecha de inicio y un cacerolazo le hizo volver atrás 48 horas después. Mientras, Roberto Lavagna, exministro de Duhalde y Néstor Kirchner, dejó en claro que competirá por la Presidencia aunque no se sepa aún desde qué espacio y con cuáles respaldos. Schiaretti, Urtubey, Pichetto, Massa, todos jefes territoriales, lo destrozarían. Si agregamos las dudas expuestas por el gobernador de Mendoza y presidente de la UCR Alfredo Cornejo respecto del mantenimiento de la coalición gobernante y hasta de la candidatura a la reelección de Macri, la niebla se termina de espesar para impedirnos ver más allá de una semana. A todo esto, el mercado está haciendo lo mismo que debemos hacer nosotros, esperar y ver antes de actuar. Aparentemente Alberto Fernández produce menos espanto que Cristina, sobre todo respecto de la futura relación con los acreedores externos.

Mirando con absoluta objetividad con el mismo método de observación que se atribuyó a Shakespeare para describir al espíritu humano y tal cual lo afirmara el mejor escritor contemporáneo que tenemos, que es Jorge Fernández Díaz, es inverosímil que con estos indicadores un gobierno pretenda su reelección, así como también es inverosímil que alguien con tantas pruebas de corrupción en contra también lo pretenda. ¿Entonces quién? Inútil esperar un salvador que nos libere del deber de la esperanza. Hagamos lo que corresponde a cada cual, no esperemos que alguien lo haga por nosotros. El viejo tango de Discépolo, por bueno que sea, no deja de ser una crónica y una queja y toda queja implica una subordinación a decisiones ajenas que ya se tomaron. Por lo que se ha visto y lo que se intuye vendrá para los próximos años, parece más eficiente confiar en nuestra propia iniciativa que en lo que nos puedan proponer los gobernantes, cuales quiera sean.