Facsímiles de la libreta escolar encontrada en Santa Lucía.

Pasa el tiempo y se van agotando los sobrevivientes, que a través de sus voces nos relataban con angustia y sufrimiento, cómo soportaron aquel fatídico 15 de enero de 1944. No obstante siempre aparecen nuevas fuentes, en este caso escrita, que aportan, aunque sea detalles, de aquellos luctuosos días. La suerte y el compañerismo de bien hicieron que llegara a mis manos una libreta escolar, encontrada por la profesora Carina Mingorance, su esposo Raúl Fernández y el Sr. Orlando Molina. El hallazgo fue en Alto de Sierra -en Santa Lucía- más precisamente en el Callejón Rufino. Removiendo un basural, les llamó la atención un boletín de calificaciones del aquel año. La libreta pertenecía a una niña llamada Ruth Aragón de 9 años, que cursaba 3er grado en la Escuela José Pedro Cortinez. En una de sus hojas, destinada a los pases, con letra borrosa y algo ilegible, alguien de su familia -parece ser su madre- escribió una especie de pequeño diario o crónica que da cuenta de lo que vivió aquella familia. Este es un documento inédito, en cuya transcripción hemos respetado la parte morfológica y semántica. Fue escrito tiempo después del desastre. Textualmente dice:


"El día 15 de Enero de 1944 fue el terremoto a las nueve menos 20, yo estaba con (...). La chiquita estaba dentro de la cuna debajo de la galería, yo al lado con Julio que terminaba de venir del trabajo (...). Elena y Ruth estaban enfrente de la cocina debajo de la galería. Arnaldo estaba con Ignacio trayendo pajas en la cabecera del parral que entonces era potrero. Se advirtió (...) mucho frío toda la semana antes del temblor. El lunes 10 fui a la ciudad y pasamos mucho frío, toda la gente andava de saco, toda la semana pasó nublado de momentos y de a ratos limpio y así estuvo el sábado por la mañana parecía que se iba a limpiar y después empezó a nublarse pero poco, después que pasó el temblor se sentía llorar las mujeres y los niños de la calle Nacional (...). Que habían muerto dos niños y varias perzonas grandes. Esa noche no pasó tren porque la línea estaba mal, al otro día que era Domingo a las 11 del día pasaron dos tranvías mendocinos con doctores y enfermeras que venían en auxilio y empezaron a salir trenes con la gente herida, los llevaban en bagones, en el pasto el que no tenía colchón, dicen que llevaban la mayor parte muertos. Se dice que habían sacado 10.000 muertos, otro decían que eran 15.000. Lo triste fue que todas las noches llovía y muchos truenos y calleron varias mangas de piedras por el Albardón y Chimbas pero en Alto de Sierra no. Nosotros una noche dormimos en el asiento del camión y después Julio hizo rancho" (sic).


Luego, y a manera de cerrar el corto relato, se escribió el nombre de los niños pertenecientes aquel grupo familiar: "Mirtha, nació en 1932, 11 años, 8 meses. Elena, 10 años, 3 meses, nació 1933. Ruth, 8 años 6 meses, nació 1935. Arnaldo 7 años, 4 meses nació 1937, el 14 de septiembre. Julia, 5 años, 4 meses, nació 22 de septiembre de 1939, día viernes...".


Posiblemente alguien de ellos aún viva, ojalá que lean esta pequeña nota, que además de ser parte de su vida, podrían completar el escrito.