El "matadero de reses" tiene en Argentina un componente financiero muy importante en la composición de las rentas públicas. Desde la época de la colonia existió una carga impositiva que se denomino alcabala (impuesto) a la "degolladura de reses" que tributaba cada animal faenado (degollado) en matadero, importe destinado al erario vía "administrador de Aduanas" y que en San Juan tuvo una característica esencial en financiamiento del Estado durante la administración del Brigadier General Nazario Benavides, que fue muy prolijo en el manejo de las rentas públicas, especialmente en la rendición de cuentas que le imponía el mandato. Desde 1836 afligía a Benavides el endeudamiento de San Juan por la indemnización a La Rioja por los daños causados por la invasión de Martín Yanzón y como consecuencia de ello, también a San Luis, por haber acudido en socorro de La Rioja en tan inexplicable hecho histórico.

Con lo obtenido por el ingreso al fisco provincial de la alcabala por degolladura se financiaron esas indemnizaciones, lo que da cuenta de la importancia que tenía entonces la actividad de faenamiento en las arcas provinciales, según confirma el Instituto de Investigaciones Héctor Arias de la UNSJ, como también en el análisis del gobierno de Benavides del Dr. Horacio Videla en su Historia de San Juan.

En esta remisión histórica, se comprende la importancia macroeconómica del buen funcionamiento del matadero de San Juan, a los efectos de que tomemos conciencia de que este instrumento debe ser puesto nuevamente en valor, no sólo como herramienta del consumo de carnes, sino para el desarrollo de la ganadería en San Juan, observando que la sojización de la Pampa húmeda, traerá a la ganadería a zonas marginales y por ello se necesita la implementación de políticas de incentivo a la ganadería local.

En la década del "60, cuando se comenzó con las expectativas de la salida al Pacífico por Agua Negra se pusieron en práctica proyectos para el faenamiento y su posterior enfriado, lo que hizo que el Frigorífico San Juan SA -fundado en 1937- pusiera en marcha un plan de remodelación, y con igual finalidad habilitaron las instalaciones del Frigorífico SAISA, en Concepción.

En 1973 se sancionó del Decreto Ley Nacional 20.335 por la Comisión de Asesoramiento Legislativo que le da nuevas formas a la comercialización de carnes y se aplica en el gobierno de don Eloy Prospero Camus, quien ordena a su ministro de Economía constituir una comisión que se encargue de la aplicación de dicha normativa.

Las instrucciones de don Eloy fue la de hacer todo lo posible, en materia de políticas públicas para posibilitar el futuro ganadero en San Juan, como así mismo todo lo relacionado con la defensa del consumidor y lo relacionado con el matadero que dependía de la Municipalidad de La Capital, que a pesar de su reciente inauguración no tenía la capacidad operativa para cumplir las disposiciones sanitarias de la "1ª Ley Federal de carnes" (Decreto Ley 20035) especialmente en el tema frigorífico. Por otra parte se encaró lo que hoy se le denomina Cadena de Valor Cárnico, la cual abogaba por la desaparición de la intermediación y preveía que los cortadores o "carniceros" que vendían al público, se integrasen en cooperativas. Así podían adquirir ganado en pie en la Pampa húmeda, para faenarlo en el matadero y frigorífico municipal, dando origen a tres cooperativas, que debieron ser liquidadas cuando la cadena de valor volvió a los matarifes.

Nada de esto fue fácil, el personal del matadero no colaboraba, el gremio municipal mucho menos, ya en aquel entonces, hacen 30 años, las autoridades del gremio son las mismas de hoy y pusieron trabas y palos en la rueda, con lo que manifestaban que no les interesaba el consumidor, ni mucho menos la existencia futura de una actividad pecuaria.

Después el proceso militar eliminó la Ley Federal de Carnes y la Junta Nacional de Carnes, y toda política que tendiera a la eliminación de la intermediación (la corporación de los matarifes se hizo mas fuerte), se volvió al sistema donde el matarife es la espina dorsal de la comercialización ganadera.

Ahora a 30 años de que Perón, Gelbart, Horacio Giberti y su entonces acólito, el ingeniero Felipe Sola trajeron la soja a la Argentina y la ganadería tiende a empezar de nuevo, en otros territorios, con otras tecnologías, vemos la preocupación del Ministerio de la Producción que está interesando a la actividad privada para que se construya un nuevo matadero, pensando nuevamente en la salida al Pacífico con carnes faenadas aquí y si es posible de reses criadas en San Juan.

La iniciativa merece el apoyo de todos y esto me ha animado a escribir estas líneas, que espero no caigan en saco roto. No hagamos repetir a Sarmiento, desde el más allá, los conceptos de una carta a su compadre y amigo el Dr. Segundino J. Navarro: "San Juan tiene las iniciativas más importantes en cualquier materia, pero los sanjuaninos se encargan de hacerlas fracasar". Vaya aquí mi humilde conmemoración a 200 años de su natalicio.