La historia dolorosa de linchamientos se repite periódicamente en la Argentina y es un hecho de suma preocupación para toda la sociedad, porque el ser humano es un ser social interrelacionados con otras personas y lo que afecta hoy a alguien, me puede afectar mañana a mi o mi familia. David Moreira fue golpeado el 22 de marzo de 2014 y murió a los tres días. Tenía 18 años. Lo señalaron como el ladrón de una cartera, lo atropellaron y lo mataron a golpes.


El Papa Francisco recordó los linchamientos en la Argentina, que mataron a algunos ladrones pero multiplicaron la cantidad de asesinos.


"Me acordé de Jesús; ¿qué diría si estuviera de árbitro allí?: el que esté sin pecado que dé la primera patada''. "Me dolía todo, me dolía el cuerpo del pibe, me dolía el corazón de los que pateaban''.


"Pensé que a ese chico lo hicimos nosotros, creció entre nosotros, se educó entre nosotros. ¿Qué cosa falló? preguntó el Papa, sin las respuestas, o quizás con todas, porque desde que conduce la Iglesia ha planteado que el delito no se combate con revanchas ni barrotes, sino con inclusión social.

El delito no se combate con revanchas ni barrotes, sino con inclusión social.

Cristian Cortez, sustrajo un móvil a un vecino, fue corrido y alcanzado por un grupo de personas que lo apaleó. Los golpes le causaron la muerte horas después. Cristian tenía 19 años, tres hermanos y le faltaban algunas materias para terminar la secundaria; era parte del sostén de familia junto a su padre. Era changarín y no tenía trabajo estable, a veces cuidaba coches y otras ayudaba a cargar cosas en el barrio. Su único antecedente era una contravención por beber alcohol en la vía pública.


La muerte de Cristian, linchado por robar un celular, nos avergüenza como sociedad. Una sociedad que con tanta frecuencia exalta su pasión por la amistad, la solidaridad, la gauchada, la buena onda... ¿Somos realmente buena gente? Nos gusta creer que sí. El 77% en las redes sociales está a favor del linchamiento contra Cristian.


"Entiendo que vivimos en un Estado de Derecho y lo peor que podemos hacer es tomar la justicia por nuestras propias manos'', dijo el subsecretario de Derechos Humanos de la provincia. No podemos llegar a un estado de jungla y de selva. Tenemos leyes, tenemos normas. Se podía hacer una detención civil. No hacía falta llegar a tal extremo de dejarlo en coma a este joven. Recuerdo las palabras de Gandhi: ojo por ojo y el mundo se quedará ciego''.


Analizando estos datos, puedo afirmar que todos los problemas, son de educación, como decía Domingo F. Sarmiento. Está comprobado, que la mayoría de los delincuentes no tiene educación secundaria completa, es decir, no tiene herramientas necesarias para desenvolverse socio y emocionalmente. Cabe recordar los pensamientos del Dr. Abel Albino, respaldados con la comunidad científica internacional: los factores epigenéticos o socio genéticos, como la desnutrición infantil, la violencia familiar, la falta de estimulación, la estigmatización, etc., desde el embarazo hasta los dos años de vida, causa un impacto negativo en el cerebro, que quedará de por vida en la persona.


En la apertura del Congreso Mundial de Educación Comparada, el 24 de junio del 2013, el doctor en sociología y economía, Bernardo Kliksberg enfatizó la necesidad de incorporar otros criterios diferentes de los que priorizan las evaluaciones estandarizadas internacionales. "PISA no mide lo más importante: no evalúa si formamos buenas personas, qué valores éticos les estamos inculcando a los jóvenes. Mide matemática y comprensión lectora pero no solidaridad'', sostuvo.


Se debe educar al soberano (Sarmiento), para adquirir habilidades socio emocionales, que impidan robar, matar, discriminar o estigmatizar, así se de modo habrá menos o ningún linchamiento.


 

Ricardo Sánchez Alonso      Licenciado en Ciencias de la Educación.