En el año 2017 han disminuido en el mundo las ejecuciones capitales. Lo afirmamos en base al último Informe sobre la pena de muerte de la organización "Amnesty International". Han habido en total 993 ejecuciones en 23 Estados, lo que significa un 4 % menos respecto a las 1032 ejecuciones del año 2016 y un 39 % menos respecto a las 1634 del 2015.


La mayor parte de las ejecuciones fueron en China, Irán, Arabia Saudita, Iraq y Pakistán. Sin lugar a dudas, China es el país que mayor número de sentencias capitales emite: unas cinco al año, aunque las ejecuciones no pasan de dos mil. De todos modos, la real dimensión del problema no lo sabemos, porque esos datos hoy ya son considerados un secreto de Estado. Razón por lo cual, las ejecuciones en China no se registran en el total de las 993 ya mencionadas.

"China es el país que mayor número de sentencias capitales emite...De todos modos, la real dimensión del problema no lo sabemos, porque esos datos son considerados un secreto de Estado.''

En los EEUU el número de las ejecuciones (23) y de las condenas a muerte (41) del 2017 han aumentado levemente respecto al año anterior. Después de un período de interrupción, han retomado las ejecuciones en Arkansas, Ohio y Virginia. Cuatro Estados (Idaho, Mississippi, Missouri y Nebraska), así como las cortes federales, han vuelto a emitir condenas capitales.


En el transcurso del año pasado ha dado grandes pasos en pro de la abolición el África subsahariana, donde se ha registrado un significativo decrecimiento de las condenas a muerte. Siempre en esta región, la república de Guinea ha llegado a ser el 20º estado abolicionista para todos los delitos. Kenya ha cancelado la obligación de imponer la pena de muerte por homicidio y Burkina Faso y Chad comienzan un camino de abolición. Un aire nuevo, más humano, ya transita.


Es de esperar que los restantes países que aún mantienen este castigo "cruel e innecesario" -al decir de Cesare Beccaria en 1767 en su libro "De los delitos y las penas"- al ver el ejemplo de los 20 países de África que la han abolido, puedan seguir ese camino.


En el 2016 Amnesty International había registrado ejecuciones en cinco estados de la región, mientras en el 2017 solo en dos, Sud Sudán y Somalia. El hecho que haya habido una vuelta a las condenas en Botswana y Sudán, en 2018, no debe oscurecer la utopía.


La pena de muerte hoy, ya no es un bien. Las sociedades se protegen del injusto agresor con sistemas penitenciarios firmes y seguros.


Ya lo dice el papa Francisco: "Nadie debe ser condenado para siempre". Ni aún quien delinque gravemente. Nada de complicidades vindicativas. No es bueno robar una pequeña luz de esperanza. La posibilidad de redención, sobrenatural y civil, ya la mostró Jesús divino Maestro, al perdonar a la adúltera sorprendida in fraganti. (Jn 8, 10ss.). Perdón y conversión, dos claves para el futuro de un mundo mejor.

Pbro. Dr. José Juan García  -  Vicerrector Universidad Católica de Cuyo