Un encumbrado de Cambiemos que vino a San Juan no hace mucho tiempo, dijo que esperan una grata sorpresa en provincia de Buenos Aires. Y, en esa misma ola optimista, aseguró que en la Rosada tienen fuertes esperanzas de vencer en Salta, una provincia comandada por Juan Manuel Urtubey, un peronista que cree tener chances presidenciales en 2019, lo que sería una importante noticia, porque el recuento de las PASO arrojó otro resultado. El encumbrado dio cifras, incluso de San Juan, pero se guardan por respeto a la veda electoral. Sí se puede contar la expectativa: en el frente Todos esperan llegar a los 52 puntos y los macristas aspiran a 35 o 36. Por supuesto que los porcentajes varían si se le pregunta a cada uno por lo que cree que va a obtener el otro: Todos dice que Cambiemos no superará los 31 y los macristas aseguran que Todos no llegará a los 50. Como quiera que sea, de no mediar una catástrofe, las elecciones de hoy parecen estar más o menos selladas. ¿Qué hay de nuevo, viejo? Preguntaría un famoso conejo de TV. Sólo la contundencia, sería una buena respuesta. Algo muy distinto al escenario nacional, donde habrá que ver el verdadero impacto del caso Santiago Maldonado, medición que se bambolea entre el impacto que tendrá el Gobierno nacional por las críticas a Gendarmería y, en sentido contrario, el apoyo popular al mismo Gobierno por la falta de elementos que indiquen que algún gendarme provocó la muerte del tatuador. En síntesis, una peligrosa ruleta que se frenará vaya uno a saber en qué número.


Un análisis de la campaña sanjuanina desde las PASO a la fecha, no demandaría más de dos párrafos. Después de los roces previo a las primarias por la plata que le llega o no a la provincia de parte de la Nación, no pasó nada. Pero nada de nada. Ni siquiera la fugaz visita de Marcos Peña, jefe de Gabinete de Mauricio Macri, modificó el teatro local. Por supuesto que la certeza a esa opinión se conocerá hoy, después de las 21, cuando se empiecen a mostrar los primeros resultados. Antes de Peña estuvo el ministro de Ambiente, Sergio Bergman, quien resultó un ancla similar al "piantavotos" de Luis D'Elía. Bergman cayó en desgracia y hasta sus compañeros sanjuaninos insultaron al aire cuando se enteraron que se lo mandaban. Después, Julio De Vido. El oficialismo sanjuanino salió rápidamente a despegarse del exsuperministro K cuando la Justicia le pidió desafuero y arresto por corrupto. Rubén y Sergio Uñac olfatearon el mismo aroma del proyecto macrista que pretendía echar al exjefe de la obra pública Argentina, y sin perder tiempo aclararon que no se iban a oponer a nada que mande la Justicia. Hicieron la lógica, pero fue suficiente para despegarse de las críticas. Esa jugada, porque fue una clara jugada del macrismo y la Justicia Federal porteña, pudo haber impactado distinto, pero el hallazgo del cuerpo de Maldonado sepultó definitivamente las expectativas macristas de aprovechar las ya clásicas causas judiciales del kirchnerismo. Después, fue todo paz y amor, nada más.


Todos estarán hoy con la calculadora en la mano, para saber si el oficialismo revertirá Capital o si el basualdismo dará vuelta las elecciones de Santa Lucía y Rivadavia, donde obtuvo menos sufragios que el uñaquismo. Y, por supuesto, la diferencia entre un frente y el otro. Como ya se ha dicho hasta el hartazgo, Sergio Uñac quiere pararse mejor frente al peronismo y el macrismo, y esa posición se la darán solamente los números. Está terminando una etapa y empezando otra, y a partir de mañana se sabrá el rol de cada uno en la nueva historia.