Dieciocho partidos y cuatro coaliciones participarán en las elecciones que se realizarán hoy en Grecia en forma adelantada y en medio de una de las crisis económicas e institucionales más profundas que le haya tocado atravesar a este país. Estos comicios estaban previstos para junio de 2016, pero el fracaso en el Parlamento, en tercera ronda, de la designación del conservador Stavros Dimas como jefe de Estado, motivó a esta compulsa.
Los analistas coinciden en que de estas nuevas elecciones puede salir un Gobierno presidido por la izquierdista Syriza (siglas griegas de "Coalición de Izquierda Radical") que lidera Alexis Tsipras, y que encabeza los sondeos con más del 29% de apoyo. Ésta sería la primera victoria de la izquierda en Grecia y la primera de un partido antirrescate en la Unión Europea, ya que esta coalición no comparte la reestructuración de la deuda, ni ninguna otra acción de salvataje a la deteriorada economía griega.
Grecia es visto actualmente como un país devastado por 6 años de recesión, en que los ciudadanos son un 40% más pobres que en 2008.
No obstante la ventaja de la izquierda, los representantes del Gobierno conservador guardan cierto optimismo, como lo ha expresado Andonis Samarás, dirigente de Nueva Democracia (ND), quien confía en que las fuerzas proeuropeas y aquellas otras partidarias de las reformas estructurales que necesita este país van a prevalecer.
Los sondeos realizados en las últimas semanas señalan una diferencia entre Syriza y Nueva Democracia muy estrecha. De acuerdo a las encuestas, mientras Syriza tiene el 29,9% de los votos, ND alcanzaría el 23,4%. Es evidente que ninguna de estas cantidades permitirá la mayoría absoluta, por lo que se prevén arduos pactos.
