El Estado no es garante de lo que el ser humano no produce. El contrato social opera en la responsabilidad que implica una retribución laboral, si éste, crea fuentes genuinas de trabajo para los que no trabajan. Si procurar medios para que toda empresa continúe produciendo es oportuno, lo es únicamente para promover opciones laborales y así sí, las empresas, pueden gestionar créditos factibles. 


El Estado no administra los bienes particulares y tampoco puede ser asistencialista al punto tal de mantener económicamente particulares que no hacen ninguna gestión para progresar. En todo caso, que realice emprendimientos pero que no aumente el gasto público. De continuar como ahora este país, seguirá como insostenible hasta lo peor.

"Un modelo de bienestar y/o felicidad no deviene de la nada, proviene del "sacrificio, trabajo, esmero, oficios, mano de obra de todo tipo".

Para entender la igualdad, la libertad y la fraternidad, hay que ser primero responsable como persona, luego como familia y luego como ciudadano. Si yo fallo en alguno, el Estado me demandará con la ley, por la convivencia del respeto y por la responsabilidad del rol cívico. Somos solidarios con el vecino o con otros en tanto no se nos perjudique de ninguna forma y el Estado ampare al trabajador. Si una persona se esmera con sacrificio y sale adelante como familia, con trabajo y esfuerzo haciendo estudiar a sus hijos ¿qué más se les puede demandar frente a los que no lo hacen? El Estado debe Administrar bienes y servicios no carestía o irresponsabilidades cívicas asumidas como familia o ciudadano. No se nivela en oportunidades sacándoles a unos para darles a otros, como el padre que le quita comida, posibilidades, bienes y logros al hijo mayor para darle al menor. El padre así administra perversamente, como lo haría el Estado en una sociedad libre. La bandera que le faltó a la Revolución Francesa es la de "La Responsabilidad". No hay paradigmas individualistas o absolutistas de sociedad hipercompetitiva. Lo que hay es falta de compromiso del Estado por generar producción e inversión, hay irresponsabilidad, aumento del gasto público porque hay "libertinaje'' del compromiso social, familiar, diversión, falta de compromiso laboral, nada de sacrificio de levantarse temprano y producir, estudiar, hacer trabajos domésticos, transformar cada casa en propios recursos manuales de autoconsumo para alimentos, etc.. como siempre lo fue en Argentina. El que tiene recursos dinerarios hoy, no sabe cómo hacer para mantenerlos y el que no lo tiene se empeña.


¿Cómo es?, ¿entonces?, ¿no aprendimos? Todo el que tiene da oportunidades de trabajo, si no lo hace puede estar acumulando o robando, hace mal, pero tampoco puedo sostener mi vida viviendo del Estado o la dádiva. Si el estado no invierte de cualquier forma, no puede generar beneficios sociales, porque se endeudará para hacerlo.


Un modelo de bienestar y/o felicidad no deviene de la nada, proviene del "sacrificio, trabajo, esmero, oficios, mano de obra de todo tipo", no viene porque el Estado tenga que repartir "equitativamente dinero", eso no es administrar la igualdad. Si lo es, con el margen de capacidad y despliegue para que cada uno aumente sus bienes según sus méritos. Esto está en todos los libros del mundo y es perversidad manifiesta contrariarlo. Cada uno responde según sus talentos y si no lo tiene tendrá que cultivarlo. La inversión con beneficios sociales es de todos, no es de una ideología, es de las personas y cada uno debe administrar lo suyo como la justicia es dar a cada uno lo suyo.


El consenso social se realiza cuando hay un Estado gobernante que se compromete con los acreedores y responde con sus deudas pero también cuando genera recursos y produce, ya sea con privados, ya sea públicamente.

Por Mario Daniel Correa D'Amico
Profesor, filósofo y pedagogo, profesional de la educación con doctorado y especialización en el área.