Trabajar para que todos tengan iguales oportunidades de dar y de tomar sus clases en ámbitos apropiados es también trabajar a favor de la equidad.

Frente a una realidad de escasos recursos, es posible, en mayor medida de lo que creemos, una construcción colectiva que redefina y resguarde el espacio escolar. Se trata de abrir las puertas al diálogo con alumnos, familias, entre docentes y directivos; animarse a bosquejar el espacio de la escuela que se necesita, la escuela deseada.

En los textos de relaciones humanas, cuando se hace referencia al trabajo, los diferentes autores destacan el estudio como el trabajo del niño, adolescente o joven y el colegio o escuela será un edificio iluminado con todas las condiciones necesarias para el buen funcionamiento, tanto en el orden de la higiene como en el pedagógico.

Una escuela "ordenada'' favorecerá la adquisición de hábitos ordenados de trabajo en los alumnos. Una escuela que exponga los proyectos, trabajos, actividades de cada uno de sus públicos favorecerá la identificación de los miembros de su comunidad educativa.

Domingo F. Sarmiento quien por su modo de enseñar se destacó como "persona con autoridad y no como los escribas'' hace referencia al ámbito geográfico de los locales escolares dedicados a la enseñanza, al desenvolvimiento físico del cuerpo, a los ejercicios gimnásticos, a la buena disposición del ánimo y la salud por la pureza del aire que respire.

Establece un orden de prioridad cuando habla de las condiciones de la buena enseñanza: 1º) local adecuado; 2º) material completo; 3º) maestros competentes; 4º) sistema general de enseñanza; 5º) métodos particulares para cada ramo de instrucción. A ello suman la necesidad de habituar al alumno a vivir en medio de los elementos indispensables en una vida civilizada.

La distribución de los espacios en las instituciones refleja en parte, la consideración que se tiene por las personas y, también las jerarquías. En las escuelas, generalmente no son decisiones propias, sino heredadas u obligadas por la escasez de espacios y de recursos. Pero en cualquier caso son indicadores sobre qué se quiere jerarquizar. Los espacios no son ingenuos, van marcando territorios, límites, valoraciones y posibilidades de acción para las personas.

Según datos obtenidos en las últimas evaluaciones nacionales, un alumno incrementa su probabilidad de tener un alto desempeño en un 41% si cuenta con recursos físicos adecuados: buen estado del edificio escolar, baños y aulas.

Con los docentes pasa algo similar a lo sucedido en los alumnos. Por ejemplo, una sala de profesores con diferentes avisos, información de actualidad, noticias, diseños y material gráfico que dejen mensajes atrayentes y de aplicación práctica en el educador estimulará más que una mesa desocupada o pizarrones en blanco.

En la escuela como en cualquier otra institución, el liderazgo autocrático puede definir el uso que se pueda hacer, el acceso y la finalidad de recursos y espacios.

La escuela no tiene por qué ser igual al hogar pero tampoco ser totalmente diferente. Deberá transmitir calidez, alegría y contención. Tiene vida, está hecha por personas y para personas y lo ideal es que cada institución tenga su perfil propio, su sello que la identifique.

Un buen espacio para el recreo contribuye al aprendizaje. El esparcimiento, la comunicación, el oportuno aprovechamiento del tiempo libre motivará al educando para un mejor rendimiento en el aula.