"¿La gente saber votar?" me preguntaba alguien esta semana. Es un cuestionamiento algo amplio para responder con palabras determinantes como "sí" o "no". Atiné al "no lo sé", que fue lo que hallé a mano. Pero repensando, luego, hay un par de ejemplos que me inclinan a creer en que la mayoría (al menos), sí hace una evaluación política e institucional y ejecuta en consecuencia, lo que es por cierto una conjugación de acciones sumamente positiva. Iglesia y Caucete, si es que finalmente lo que dicen las encuestas y lo que ocurrió en las PASO se confirma en la contienda electoral de junio, serán dos departamentos que nos enseñarán una lección básica, pero fundamental: la mala gestión se paga con la elección. Los intendentes Julián Gil y Marcelo Marinero se preparan para perder sus departamentos luego de casi cuatro años de errores, malas intenciones y hasta situaciones que rayaron lo ridículo. Nadie garantiza que quien venga sea mejor, pero seguro no será peor.


Vamos por partes: Iglesia. Como ya se mencionó varias veces en estas columnas, los hermanos Mauro (diputado) y Marcelo Marinero (intendente) han desperdiciado la gran oportunidad que tuvo el pueblo iglesiano para mejorar su situación social y económica. No lo hicieron solos, tuvieron la complicidad del exgobernador José Luis Gioja y de Graciela Caselles, la actual diputada nacional y presidenta del bloquismo, partido al que pertenecen los Marinero. Veladero empezó a producir en 2006. Sólo hasta 2017, el municipio de Iglesia recibió en regalías mineras $444.447.615.


No fue posible actualizar ese número, pero sirve igual para hacer la siguiente cuenta y ejemplificar: con más de 440 millones de pesos, hoy se pueden hacer unas 400 casas del IPV, a razón de algo más de un millón de pesos por unidad. Vale aclarar que el dólar se cotiza alrededor de los $44 y en 2017 el billete verde cerró en $18,90, bastante menos de la mitad de lo que cuesta hoy. Bajo esa salvedad se podría casi afirmar que los Marinero pudieron haber construido más de 800 casas, o mucho más. Nadie sabe, porque ya no vale la pena saberlo. El despilfarro fue tal que los abogados Diego Seguí y Marcelo Arancibia se presentaron en aquel momento -2017 o 2018- en la Justicia y pidieron que se investigue la presunta comisión de algún delito. La Justicia no avanzó, por supuesto, pero la gente sí. Llegaron las PASO de este año y los votantes iglesianos le dieron una tremenda lección a los Marinero al votar masivamente al rival de ambos, Jorge Espejo, quien recibió el OK de Sergio Uñac para jugar. Espejo denunció de todo: desde que los Marinero ofrecen terrenos a los votantes, hasta que amenazan a los trabajadores municipales para que no lo voten.


Espejo dijo que llevaría a la Justicia a los hermanos iglesianos, porque si no lo hace va a terminar cómplice. Lo tiene que hacer, gane o pierda la elección.


Por el lado de Caucete, no hay mucho que se pueda agregar a lo que todo mundo ya conoce: Julián Gil llenó de familiares el municipio, está atrasado con los proveedores y los empleados, duplicó la planta política y, como ninguna de esas maniobras le dieron resultado, cayó lo más bajo que se pueda caer al usar la enfermedad de un familiar de su rival político para ganar votos. Lo último lo pintó de cuerpo entero: mala persona y torpe a la vez, una combinación pocas veces vista. Torpe porque son acciones que cualquier ciudadano en cualquier lugar del mundo ya condena, si es que alguna vez alguien las aplaudió. Las encuestas dicen que Rosas le saca una ventaja imposible de remontar. Ojalá así sea.


En resumen, ambos -Gil y Marinero- están finalizando su primer período y podrían estar planificado la continuidad, pero sus propias incapacidades los ponen al borde del fracaso absoluto. Con menor escándalo, lo mismo aparentemente va a pasar en 9 de Julio y evidentemente ocurrió en Capital, aunque al último departamento habría que estudiarlo en detalle. A la distancia parece que Franco Aranda pagó muy cara su inexperiencia política, en un departamento muy complejo, sobre el que todos creemos tener derecho de opinar, y con el peronismo sanjuanino en un momento muy especial. No creo que toda la gestión haya sido mala. Por lo que sea, está en el grupo de los intendentes que pudiendo repetir, pero que no van a lograr hacerlo. Hay que ver qué pasará en Rivadavia, pero ya en el mismo peronismo aseguran que será muy difícil remontar la distancia entre el dirigente basualdista y Marcelo Delgado, de buena campaña. En definitiva: Capital, Caucete, 9 de Julio, Iglesia, son distritos donde los vecinos han manifestado algún descontento ya en las PASO y probablemente lo terminen confirmando el 2 de junio próximo. No conozco en profundidad el caso de 9 de Julio, pero Iglesia y Caucete, ojalá terminen como ejemplos de que cuando no se hacen bien las cosas, los vecinos castigan.