Por Leopoldo Rago Gallo - Juez federal de instrucción

Fue una profunda responsabilidad investigar los casos ocurridos durante la dictadura militar luego de que la Corte Suprema de Justicia de la Nación declarara la imprescriptibilidad de los mismos. En primer lugar, porque se trataban de hechos que habían acontecido hace una gran cantidad de años. La prueba documental era muy poca, ya que se había destruido casi todo. Este proceso de violación de los derechos humanos fue estructural y se desarrolló un plan sistemático. Hubo que recurrir a los lineamientos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que se expresó en cuanto al valor de la prueba testimonial, la cual cobraba una importancia mayor a la que habitualmente se aplica en otro tipo de procesos por tratarse de hechos de muchos años atrás y en los que se habían destruido muchas de las pruebas como documentos y demás elementos.

Mi misión fue investigar y juzgar conductas y sabía que iba a escuchar testimonios desgarradores y traumáticos, cosas que resultan increíbles, pero que lamentablemente han pasado en el país. Nunca hay que olvidar que los hechos de violencia y las violaciones a los derechos humanos comenzaron cuando aún existía un gobierno democrático. Es decir, los hechos empezaron antes del golpe de Estado de 1976.

Al entrar en la realidad de lo que fue el terrorismo de Estado, se escucharon cosas muy fuertes y todas las situaciones y hechos aberrantes de aquella época. Así se pudo consignar con claridad y probar como había sido orquestado el plan de violación de los derechos humanos por parte del Estado.

Para el país, los familiares y las futuras generaciones era necesario el esclarecimiento de estos hechos. No eran casos para someterlos al olvido por medio de una ley sino que se los tenía que vivenciar y juzgarlos para que tuviéramos conciencia de que estas cosas no se puedan volver a repetir. Para que se tome conciencia de eso, se tenía que pasar por este proceso, que fue duro, largo y doloroso, pero para los argentinos fue necesario e importante que se investigue y se llegue a la verdad real de cómo fueron los acontecimientos que se dieron durante el período en el que la Junta militar ejerció el poder en Argentina.

Estoy orgulloso de cómo trabajamos con mi equipo en los casos de lesa humanidad, al igual que en el resto de los hechos que se investigan en el Juzgado que dirijo. En los 25 años que he cumplido en el Juzgado Federal Número 2, ha ingresado personal con el que armamos un gran equipo, en el que los secretarios cumplen un papel fundamental, al igual que el resto del plantel.