El Parque de la Biodiversidad alberga uno de los viveros de plantas nativas conjugando producción con investigación, una tarea que es necesaria para concretar planes de forestación exitosos.


Dentro de la consigna "el verde vende" que debe prevalecer en una provincia como la nuestra, donde es necesario conjugar las bellezas naturales agrestes que se disponen con predios forestados y parquizados que hagan posible una mejor oferta turística-recreativa, los viveros oficiales deben cumplir un papel preponderante respecto a la producción y provisión de árboles, con metas mucho más ambiciosas de las que se están alcanzando hasta ahora para llegar a concretar campañas de forestación que contemplen grandes superficies de campos incultos o la reposición del arbolado público con especies más apropiadas de acuerdo a las características hídricas y climáticas.


Si bien en San Juan hay tres viveros oficiales, dos de ellos pertenecientes al Ministerio de la Producción, ubicados en los departamentos de Ullum y Rivadavia, y otro dependiente de Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, que forma parte del Parque de la Biodiversidad, en la zona de El Pinar, también hay algunos municipales que completan la oferta de los forestales que se producen en la provincia para atender una demanda que debería ser más amplia, precisamente, para cumplir con el objetivo de una provincia más verde.


Dentro de este marco hay que admitir que es un despropósito que el Estado actualmente esté acudiendo a viveros privados para abastecerse de ejemplares que utiliza en sus propias campañas de forestación o que le son solicitados por los municipios y entidades intermedias porque la producción no le alcanza, cuando cuenta con potencial no solo para producir cantidades de plantas, sino también para investigar qué especies son las que mejor se adaptan a cada zona.


La Dirección de Desarrollo Agrícola del Ministerio de la Producción, a cargo de Jorge Oro, es el organismo oficial que tiene a su cargo los viveros de Ullum y el de Rivadavia. A este último se lo conoce como el "Vivero Ing. Torti''. Ambos producen especies forestales como el lapacho, aguaribay, fresno americano, álamos, casuarinas y robles que por lo general son donadas a instituciones intermedias y municipios, aunque en algunos casos se venden a precios promocionales al no buscar fines de lucro. Estos viveros que el año pasado produjeron unas 20.000 estacas de álamos y 1.500 plantines de otras especies exóticas afrontan inconvenientes de inseguridad en sus predios, de 6 y 7 hectáreas respectivamente, que inciden en la producción afectando planes masivos de forestación que deberían ser planificados en función de varios años comenzando desde ahora sin perder más tiempo. En este proceso también se debería avanzar en la necesidad de disminuir la utilización de especies forestales exóticas e incrementar el uso de especies nativas. En el campo, la recuperación de la flora autóctona también debe figurar como un objetivo primordial considerando que esta acción trae aparejada mejores condiciones a la fauna local.

  • Forestación con plantas nativas

 Otro de los viveros oficiales es el que depende de la Secretaría de Ambiente y Recursos Renovables y que está en el Parque de la Biodiversidad de Rivadavia, a cargo su director Cristian Quiroga. En este complejo creado mediante la Ley nacional de Bosques se cultivan más de 20 especies de plantas nativas destinadas a la producción de plantas y árboles autóctonos para reforestar áreas degradadas tanto por actividad humana como por impactos naturales.


El año pasado se produjeron 10.000 forestales entre Algarrobo Dulce, Algarrobo Chileno, Prosopis argentina, Alpataco, Espinillo, Tusca o Aromo, Garabato, Lagaña de Perro o Barba de Chivo, Jarillas, Jarilla Macho, Retamo, Albaricoque, Quebracho Blanco, Chañar, Tala, Mistol, Pichana, Cina Cina, Brea y Coirón. Este año se incorporaron nuevas especies de producción tales como albaricoque, efedra y altepe, estas últimas especies de uso ornamental.


Todo este abanico de forestales nativos que la Secretaría de Ambiente pone a disposición de municipios y otros organismos no alcanzó en los últimos años a visualizarse en forma notable por lo que habrá que esperar que este año se de a la campaña de forestación un mayor impulso a fin de comenzar a observar resultados más concretos de un aumento del verde en la provincia.

  • Viveros municipales

En el ámbito municipal son muy pocos los departamentos que poseen vivero propio, entre ellos la Capital de San Juan y Caucete, aunque se tratan predios muy pequeños con muy pocas especies, a tal punto que no alcanzan para la demanda propia. Estos departamentos, al igual que el resto, recurren a la provincia cada vez que necesitan reponer ejemplares o realizar pequeñas campañas de forestación.


En el caso del vivero de la Capital, ocupa una parte del predio de la Escuela de Enología sobre calle 25 de Mayo y está orientado al cultivo de plantines de aromáticas, florales para plazas y forestales para reposición de árboles erradicados. El año pasado se produjeron 1.000 ejemplares de fresno americano y este año se espera alcanzar un número similar.


En Caucete, el predio del vivero está en las inmediaciones del Río San Juan por lo que cuenta con muy buenas tierras para el cultivo, pero viene de varios años de inactividad por lo que tiene muy pocos ejemplares.


Entre el resto de los departamentos hay algunos que tienen disponibilidad de predios para hacer un vivero pero prefieren acudir a la provincia para las tareas de forestación, una costumbre que viene de años y que ha impedido el desarrollo forestal propia en cada jurisdicción.

Por Alfredo Correa
DIARIO DE CUYO