La pronunciada incidencia del peso de los intereses de la deuda sobre el presupuesto devengado en el año 2019, de por si habla de que ello constituye una asimétrica relación con otras partidas que tensiona toda la lógica del equilibrio de un presupuesto, y más injustificado se vuelve cuando se compara la evolución de ese rubro del presupuesto nacional, cuando se la compara de manera interanual. Esta realidad de ponderaciones y prioridades si bien obedece a decisiones acumuladas en la historia de la gestión del pasivo público nacional, no deja de ser un escenario que hay que reformular buscando alguna forma de equilibrio racional. Ya que tal como está hoy la ejecución del Presupuesto 2019, debe reorientarse en función de parámetros que no afecten el buen sentido de la gestión de gobierno. En la larga lista de los ítems del gasto por su magnitud ordenados de mayor a menor, se aprecia, que primero se encuentra el gasto social y previsional acumulado por diversas prestaciones, y el segundo lugar lo ocupa el pago de los intereses del servicio de la deuda. Los datos son recabados y publicados por la Asociación Argentina de Presupuesto, y dan cuenta de modo cierto los fundamentos numéricos citados. Por lo que con tales datos de realidad disponibles, ello, abre el tema a la reflexión con el mayor grado de responsabilidad sobre la materia que ilustran. 


Veamos brevemente su cuantificación y orden de prelación, para luego concluir en una justificación de la necesidad de modificar esta situación que de por sí constituye una palo en la rueda crónico en el camino a lograr un presupuesto que sirva al desarrollo social y el crecimiento económico. Máxime cuando esta financiarización acumulada es la contrapartida de una ganancia basada en créditos de gran factura. Sin embargo, a su vez, también hay que decirlo, esa financiarización no nace de la nada ni a la fuerza, sino, que es el propio Estado el que sale a buscar auxilios en la toma de crédito descomunal, que, en vez de mejorar la situación año a año, en su lugar, hunde la esperanza en las posibilidades reales de recomponer la capacidad de generar actividad económica en evolución positiva. 


Desde enero a agosto de 2019 se colige del informe que 19 de cada 100 pesos del presupuesto fueron destinados a hacer frente a los intereses. La actual administración duplicó esa incidencia. Con más precisión, los especialistas expresan que, en el corriente año la cifra es de 518.071 millones de pesos lo cual implica una ascenso del 87,6 por ciento interanual. Ello constituye el incremento más significativo entre todos los rubros del gasto público. Por su parte, el incremento en los fondos destinados al pago de la deuda se explica por "el salto cambiario que incrementa el costo en pesos de hacer frente a los vencimientos denominados en moneda extranjera''. Thomas Piketty, economista francés de nota, ha expuesto en el Capital en el Siglo XXI, que una economía nacional que llega a pagar más tasa del capital sobre la tasa de crecimiento del PBI, es un esquema de economía política que está de modo consciente, consolidando una inequidad económico - social, que hecha tendencia modal, se convierte en un impedimento objetivo para resolver las demandas de la sociedad de obtener un estado de bienestar relativo, o al menos desandar los índices negativos para arribar a las tasas positivas.

  • El economista francés, Thomas Piketty dice que: "cuando la tasa de retorno de la inversión en capital (r) es mayor que la tasa de crecimiento económico (g) en el largo plazo, el resultado es la concentración de la riqueza, y esta desigual distribución causa inestabilidad social y económica''. 

 

Por el Dr. Mario Luna y el Prof. Fabián Núñez