Desde que Nebita Alladio fundó el Pavlova, ya son tres las generaciones dedicadas a formar profesionales de la danza.

"La Revolución será bailando", rezaba un enorme cartel en el Centro Cultural "Kirchner" donde se concentraron más de mil quinientas personas para apoyar la redacción del proyecto de ley para la creación del Instituto Nacional de la Danza, así como ya lo lograron el cine, la música y el teatro. Del acto, realizado hace pocos días, participaron el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, las diputadas que impulsan la redacción del proyecto, Romina del Pla, Marisa Úbeda y Lía Caliva, junto a autoridades de la Universidad Nacional de las Artes, del Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires, bailarines, coreógrafos, estudiantes, investigadores y otros representantes del sector de la danza argentina, según un informe del propio ministerio de Cultura. Este tan cálido encuentro, lleno de esperanza por algo justo que ha tardado en llegar y que muy pronto será realidad, fue valorado por Bauer como "un día histórico", agregando que van a luchar "con toda nuestra fuerza para defender los derechos de todos los artistas y poner nuestra energía para que sea una realidad el Instituto Nacional de la Danza". Y cerró con un "¡Que viva la danza, que viva la cultura argentina…!". A su turno, la diputada Del Pla subrayó la importancia de la sanción de esta ley para que quienes hacen danza "puedan comer, pagar el alquiler y criar a sus hijos, ya que la danza es trabajo".

En San Juan, consultada para esta columna la profesora María Alejandra Lloveras, directora del consagrado "Studio Uno Danza", de casi cuatro décadas de existencia, se mostró entusiasmada con el proyecto, y dijo que "es imprescindible que salga esta ley ya que los bailarines y afines a este arte estamos totalmente desamparados". Agregó que el futuro instrumento legal servirá "para que por fin se puedan concretar miles de proyectos que están gestándose y no tienen manera de salir a la luz por falta de apoyo". A su vez auguró que "sería bueno que en San Juan podamos unirnos sinceramente para que se concrete, a pesar de que todavía trabajamos muy independientes". También confesó Lloveras que "esta mirada podría cambiar el paradigma del individualismo; por eso esperemos ser responsables y se pueda sostener esta idea y defenderla como debe ser, sin olvidar que Argentina y San Juan, en particular, tienen grandes talentos que nos representan en el mundo".

En este arte también debemos recordar a Yolita Herrera, Nebita Alladio, Elina Molina Estrella, Margot Zurachi, Imperio Gitano, Juan Carlos Abraham, Oscar Kummel, Guillermo Sacchi, Rodolfo Ferrer e Isolde Klietman, entre otros citados afortunadamente para el presente y el futuro en el libro "Patriarcas Ocultos de Nuestra Tierra. La historia de la danza contemporánea en San Juan", de la inolvidable bailarina y poeta Violeta Pérez Lobos. Por su parte, las hijas de Nebita Alladio, Beatriz y Mariela González Alladio, siguieron sus pasos desde muy pequeñas, y su hijo Carlos, ingeniero de profesión, también aportó lo suyo, así como su esposa Mónica, también bailarina, y su hijo Guillermo González, que ya es un gran artista consagrado en el Ballet Argentino. A su vez, Nebita, galardonada por la "Mayor Trayectoria en Danza Clásica de la Argentina" y fundadora del Instituto Pavlova, llegó a formar cuatro ballets en la provincia, con el egreso de grandes figuras como Edda Bustamante, reconocida actriz argentina, Nury Pérez Olivera, directora del Ballet "Odette", o María Cristina Hidalgo, notable profesional en Mendoza.

 

Por Luis Eduardo Meglioli
Periodista