El operador jurídico sanjuanino es testigo en nuestros días de la implementación de la notificación electrónica, lo que significa no sólo un verdadero avance en cuanto a simplificación de formas y términos procesales, sino también el acceso, de una buena vez, a la autopista sin retorno que se dirige al tan anhelado proceso electrónico.

La notificación electrónica es una tendencia a nivel mundial
en el ámbito de la Justicia.

Ya nadie discute en la actualidad, el impacto de internet en nuestras vidas. Por su conducto, no sólo mantenemos comunicación con nuestra familiares, sino que realizamos operaciones bancarias, nos enteramos al segundo de lo que ocurre -nos importe o no- en los lugares más recónditos del planeta y hasta el tipo de comida que le gusta a un perfecto desconocido en una red social que sabe de nosotros mucho más de lo que imaginamos.


Sin embargo, seguíamos comunicando los actos jurídicos más importantes de la vida de un proceso mediante un papel o cédula (latín. sched la, dim. de scheda, "hoja de papel'') casi de la misma manera que lo hacía el viator o executio del derecho Justiniano del Siglo II.


Esa situación necesariamente debía ser transformada. Todos los cambios requieren esfuerzo para vencer la inercia, sólo hay que atreverse. No podemos darnos el lujo de ser el elefante enorme del cuento de Jorge Bucay, poderoso y encadenado a una pequeña estaca, que no escapa porque cree que no puede. Ricardo Lorenzetti, en oportunidad de inaugurar el año judicial 2018 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, expresó: "Tenemos que tener una actitud más abierta. Tenemos que pensar en estar más cerca de la gente. Hay que tomar decisiones, si las instituciones no cambian, los ciudadanos cambian''. Y los operadores jurídicos no somos más que eso, ciudadanos responsables del eficaz y eficiente servicio de justicia.


No pocas nuevas discusiones, posiciones y situaciones problemáticas surgirán respecto de esta nueva metodología de notificación procesal. Lo que no debemos permitir, de parte de todos los que participamos de una u otra manera en la administración de justicia, es que el sistema fracase, ello en procura de la reducción de la tramitación de los casos, que debe redundar en un servicio de justicia más cerca de la gente.


Se dice que un visitante se detuvo ante tres obreros que picaban piedras junto a un solar donde se habría de levantar un templo religioso. Preguntó a uno de ellos qué estaba haciendo. Y éste le respondió: "ya lo ve, pico piedras''. Interrogó de igual modo al segundo, quien contestó: "me gano el sustento de mi familia''. Interpelado el último, elevó su vista y afirmó emocionado: "levanto una catedral''. Como a los tres picapedreros del cuento, los operadores jurídicos sanjuaninos podremos descansar tranquilos cuando al ser interrogados por sobre el menester del nuevo sistema; en vez de contestar 'sólo se trata de notificaciones electrónicas'' o 'no es más que un cambio en la manera de notificar las resoluciones judiciales'' sentenciemos: "garantiza el derecho de defensa y constituye una eficaz herramienta que posibilita el acceso a la justicia expedita que reclama la sociedad''.


Sólo de nosotros depende.

Por el Dr. Juan Luis Romero  -  Juez de Cámara de Paz Letrado