Hasta hace unas semanas, el consenso diplomático era que Maduro estaba entroncado en el poder, y que sería muy difícil restaurar la democracia, por el control de prácticamente todas las instituciones, la supresión de casi todos los poderes de la Asamblea Nacional controlada por la oposición, la represión militar y las divisiones en la oposición.

Sin embargo, la oposición ha recuperado su impulso. Una escalada de la presión internacional contra Maduro y las masivas manifestaciones provocadas por la decisión del régimen de restringir los últimos poderes que le quedaban a la Asamblea Nacional, que el gobierno tuvo que revertir bajo presión de la calle han puesto al régimen a la defensiva. Dos jóvenes ya han muerto en las protestas, y hay cientos de heridos y detenidos.
Capriles, gobernador del estado de Miranda y ex candidato presidencial que perdió contra Maduro en una cuestionable elección en 2013, fue inhabilitado para postularse a cargos públicos durante 15 años.

Esto significa que al igual que otros líderes opositores no podría competir contra Maduro en las elecciones de 2018. La mayoría de ellos han sido inhabilitados bajo acusaciones falsas de "incitación a la violencia" o "irregularidades administrativas".

"Se me impone una inhabilitación inconstitucional por 15 años", me dijo Capriles. "Es algo inaceptable, porque el gobierno no puede decidir quién es su oposición o elegir a su adversario". Cuando le pregunté qué le hace pensar que esta vez las manifestaciones opositoras tendrán consecuencias políticas para Maduro. Capriles señaló: "Estamos viviendo en una etapa totalmente diferente".

El régimen se ha quitado los guantes y ya no puede pretender ser una democracia. El pueblo venezolano sabe que le han robado su victoria electoral de 2015, cuando ganó la mayoría de la Asamblea Nacional, y que el régimen entre otras cosas prohibió un referendo revocatorio para el cual la oposición había recogido las firmas requeridas por la Constitución, añadió Capriles.

Además, el contexto internacional ha cambiado dramáticamente contra Maduro. La OEA, con el apoyo de las principales democracias de la región, envió el 3 de abril un ultimátum a Maduro para que permita "la restauración total del orden democrático" o corra el riesgo de ser suspendido de la comunidad regional. También las Naciones Unidas y la Unión Europea se han pronunciado, y lo han hecho en un momento en que el régimen necesita más apoyo internacional que nunca, dijo Capriles.

"Si Maduro decide aislarse, creo que saca muy mal sus cuentas, porque aislarse significa acelerar su salida", señaló Capriles. Y la oposición no volverá a caer en la trampa de un diálogo fraudulento con Maduro que ha demostrado una y otra vez que no está dispuesto a llevar a cabo un diálogo significativo, agregó. Según Capriles, "casi que tendríamos que agradecerle a Maduro", porque el "autogolpe" del gobierno y su creciente represión "han ayudado a dejar de lado cualquier diferencia que pudiera haber existido" entre los opositores, dijo.

Mi opinión: Maduro se enfrenta a una tormenta perfecta por el desplome económico, la creciente presión internacional y la escalada de protestas en Venezuela. Si se mantiene la presión regional y los líderes de la oposición ponen de lado sus ambiciones personales y permanecen unidos, podríamos ver un giro político en Venezuela.