La convocatoria de la Municipalidad de la Capital al varias veces distinguido artista plástico Hugo Vinzio Rosselot para la restauración de la histórica escultura central de la fuente de la plaza "25 de Mayo'', ha motivado opiniones positivas por parte de especialistas, dado lo delicado de esa tarea. Sobre todo teniendo en cuenta el origen de esa obra artística proveniente ni más ni menos que de la fundidora artística considerada la más importante del mundo durante su siglo y medio de existencia.


Si bien nuestra plaza principal fue inaugurada oficialmente en 1902, el espacio ya cumplía funciones de lugar público desde 1593, once años después de la fundación de la Ciudad, como consecuencia del traslado por una inundación desde el hoy distrito de Concepción, según coinciden los principales historiadores sanjuaninos. Pero debieron pasar casi tres siglos para que dejara de ser una explanada con forma de potrero primero, espacio de caminatas o encuentro de amigos después, e inclusive una plaza de toros, hasta que gobernadores como Ignacio de la Roza, Nazario Benavidez, Domingo F. Sarmiento y Camilo Rojo intentaran recrear en el sitio, hoy "kilómetro cero'' de San Juan, un modelo de plaza que solo podía verse entonces en Europa o en el naciente Estados Unidos. 

Si bien nuestra plaza principal fue inaugurada oficialmente en 1902, el espacio ya cumplía funciones de lugar público desde 1593, once años después de la fundación de la Ciudad.

EL MAYOR ATRACTIVO

Por eso, en 1871, cuando todavía no se inauguraba formalmente, fue instalada la actual fuente con la escultura al centro, convirtiéndose en el mayor atractivo de la incipiente Ciudad de San Juan. Incluso la figura llegó primero que las estatuas de Fray Justo Santa María de Oro (1897) o Domingo Faustino Sarmiento (1901). 


Hoy podemos considerar la fuente y su escultura central como un indiscutible símbolo de nuestra Ciudad y una invalorable reliquia. Provenía de los talleres franceses de Val d'Osne, a 55 km de París, por autopista, productores de "muebles de calle y piezas artísticas en hierro fundido decorativo'', según la página histórica de la empresa, que cesó de producir en 1986 después de casi un siglo y medio de existencia. 


Obras similares se pueden descubrir en las más importantes ciudades del mundo, incluida Buenos Aires y las capitales de Brasil, Chile y Uruguay, entre las latinoamericanas, y se las considera "un patrimonio escultórico urbano único formado por monumentos, esculturas, mástiles, ánforas y copones, y donde se han logrado ubicar varias obras en el mismo sitio se lo califica de "un museo al aire libre''. Según la página "destinosanjuan'' y ACCODEPAS (Asociación Civil para la Conservación y Defensa del Patrimonio Sanjuanino), el cuerpo principal de la fuente "tiene una altura de 3,250 metros, 2 metros de ancho y pesa 1.180 kilos de hierro forjado''.


LOS SEIS SAPITOS

A su vez, los seis sapitos, también en restauración en estos momentos, si bien son considerados "los más llamativos y usados'' de la fuente, no integraron el modelo original. De Francia llegó "el cuerpo central, los platos de agua y los cuatro querubines de apariencia renacentista que marcan los cuatro puntos cardinales de la provincia'', según explicó el arquitecto Jorge Cocinero presidente de ACCODEPAS, a un grupo de estudiantes de 4º año de la carrera de Arquitectura, que concurrieron a observar las obras de restauración que realiza la Municipalidad de la Capital en la plaza. Pero la novedad de la presencia del polifacético profesional Hugo Vinzio, escultor, pintor, muralista, ceramista y escritor, varias veces destacado en la sección Guía de DIARIO DE CUYO, en medio de esta recuperación del principal paseo público local, fue anunciada por el coordinador de Gabinete municipal, Sergio Mordacci, el secretario de Planificación Urbana, Cristian Hernández, técnicos de la empresa encargada de la restauración, y ACCODEPAS. 


Entre las autoridades municipales y el artista se acordaron las pautas de trabajo para el abordaje de esta compleja labor, incluido un protocolo elaborado por Vinzio, que se puso a consideración del resto de las partes, y en el que se incluyen los pasos a seguir y los elementos con los que deben encararse los trabajos. Se tratará básicamente de "un hidro- arenado, no abrasivo, en las distintas superficies de la escultura de la fuente'', y para la intervención se utilizarán "equipos de impulsión de agua a alta presión y un hidroarenador, completándose con reparación de orificios, desengrasado y aplicación de laca protectora''. Por otra parte, se reparara a nuevo toda la instalación eléctrica de la fuente se repondrán las venecitas (azulejos especiales) y se pondrán en funcionamiento los tradicionales sapitos.

Por Luis Eduardo Meglioli
Periodista