Los jóvenes en la actualidad se enfrentan a una realidad socioeconómica muy inestable, lo que ha mermado sus expectativas y ha aumentado la incertidumbre sobre qué les deparará el futuro.
Según la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico), la brecha entre las aspiraciones de los adolescentes y las necesidades reales del mercado laboral se ha ampliado. A su vez, la organización recalca que la actual orientación profesional y el contacto con las empresas es insuficiente, especialmente para los estudiantes más desfavorecidos y de clases bajas.
El informe, basado en los datos de PISA 2022 y publicado en 2025, analiza la situación de más de 690.000 estudiantes de 81 países, y aclara que el entorno social y económico de los jóvenes es el principal factor que determina sus planes educativos y laborales, por encima del rendimiento académico. Ante esto, la OCDE advierte que la mayoría de los jóvenes no recibe el suficiente apoyo para explorar y comprender las oportunidades laborales que se le pueden presentar en el futuro.
Hay tres veces más estudiantes que puestos que cubrir.
Así, la OCDE señala que el 39% de los estudiantes de 15 años no tiene claro a qué se quiere dedicar en el futuro, porcentaje que aumenta año a año desde el 2000.
Esta falta de alineación está más presente entre los estudiantes de entornos más vulnerables, ya que, a pesar de obtener buenos resultados académicos, tienen menos expectativas de acceder a la educación superior que sus compañeros de familias más acomodadas y con menor rendimiento escolar. Además, quienes provienen de entornos menos favorecidos participan menos en actividades de orientación profesional, y tienen menos acceso a información relevante sobre el mundo laboral.
Aspiraciones juveniles
Sobre esto, el informe también revela que las aspiraciones profesionales de los jóvenes se concentran cada vez más en un número reducido de ocupaciones tradicionales y de alto estatus, como medicina, derecho, ingeniería o tecnología. El 58% de los estudiantes que expresan una preferencia laboral espera trabajar como profesional de ello, un porcentaje que alcanza el 69% entre las chicas y un 72% entre los alumnos de familias con mayor nivel socioeconómico.
Sin embargo, la demanda real del mercado laboral no se corresponde con estas expectativas: en países como Inglaterra, por ejemplo, hay tres veces más estudiantes que desean ser profesionales que los que deberán cubrir esos puestos disponibles en ese ámbito. Esa desconexión entre las aspiraciones juveniles y la realidad del mercado laboral se traduce en ansiedad y confusión.
Abandono escolar en España
En el caso de España, los datos del Ministerio de Educación recogidos por Funcas, confirman la fuerte relación entre el nivel educativo de las madres y la probabilidad de abandono escolar. En 2024, la tasa de abandono entre jóvenes cuyas madres solo alcanzaron la educación primaria o inferior es del 34%, frente al 2,3% de entre quienes tienen madres con estudios superiores. Además, el 79,9% de los jóvenes españoles de 20 a 24 años ha completado al menos la segunda etapa de secundaria, una gran mejora con respecto a 2014, aunque persisten diferencias de género y regiones.
La brecha de género también persiste en la participación y los resultados de la orientación profesional. Las chicas son menos propensas que los chicos a involucrarse en actividades que las conecten con el mundo laboral, y la segregación por género en las aspiraciones profesionales apenas ha variado en las últimas dos décadas.
Por La Organización para la
Cooperación y Desarrollo Económico

