Si bien dependía del gobierno de Juan Manuel de Rosas, caudillo de la entonces Confederación Argentina, último estado antecesor de la República Argentina, Nazario Benavides fue nombrado por la Cámara de Representantes de San Juan como gobernador interino el 26 de febrero de 1836 y poco despues, el 8 de mayo de 1836, fue electo gobernador y ejerció ese cargo durante más de dos décadas. Por ello, sabemos que ese largo periodo de nuestra provincia (el más prolongado de un gobernador de San Juan hasta hoy), estuvo marcado por su gobernación.

Benavides solía ausentarse brevemente para trasladarse a otras provincias o especialmente a Buenos Aires por alguna batalla o participar de las discusiones sobre la Organización Nacional. Pero su tarea de gobernar San Juan fue intensa y positiva, además de pacífica, muy distinta al clima violento del resto del territorio nacional marcado por los enfrentamientos entre unitarios y federales, en uno de los cuales, el más sangriento de todos, le tocó enfrentar en San Juan al general Mariano Acha, enviado del general Gregorio Araoz de Lamadrid, muy destacado líder de los unitarios.

Batallas de Angaco y La Chacarilla
Acha supo derrotar a Benavides en la mítica batalla de Angaco, y en cuyo sitio hoy se levanta un monumento recordatorio, pero luego ya en la capital de San Juan cuando Acha se preparaba para hacerse cargo provisionalmente de la gobernación, resultó velozmente atacado por las pocas fuerzas que le habían quedado a Benavides, y fue derrotado en la batalla de La Chacarilla (hoy zona de Trinidad), volviendo Benavides a la gobernación y recuperando su condición de caudillo y jefe militar de la provincia.

Este es solo un ejemplo, el más importante, de cómo Benavides superó rebeliones e invasiones a lo largo de su mandato. Por todo esto, por su prolongado periodo de gobierno, por haber liberado a la provincia de liderazgos cruentos, fue respetado por otros gobernadores y caudillos del resto de la Confederación, y llegó a ser elogiado hasta por Domingo Sarmiento, quien tambien supo criticarlo duramente.

Educación y minería
Benavídes puso en marcha una ley de Educación Primaria para los ciudadanos, propuesta por sus adversarios Guillermo Rawson y Tadeo Rojo, reabriendo previamente la Escuela de Primeras Letras del Estado. Avanzado en materia de exploración minera, ordenó la preparación del “Manual Reglamentario sobre el trabajo en minas”, y buscó dar asilo y refugio humanitario a adversarios políticos. Una obra importante para la época fue la apertura del primer cementerio de la Capital sanjuanina, en 1837, lugar donde se encuentran sus restos.

Su gobernación finalizó en 1854, y a partir de entonces quedo ligado al gobierno del unitario Manuel Gómez Rufino (tiempo antes fuerte opositor de Benavides) por su prestigio reconocido por partidarios y detractores, conservando sus cargos militares. Pero surgieron nuevas diferencias con Gómez Rufino y terminaron detenidos partidarios de Benavides.

La muerte de Benavídes
Poco después, el 19 de septiembre de 1858, el propio ex gobernador fue detenido acusado judicialmente por “conato comprobado de sedición”, tras incidentes violentos de los que fue informado el gobierno de la Confederación, en manos de Justo José de Urquiza. Pero varias semanas después, el 23 de octubre de 1858 los partidarios de Benavides asaltan la cárcel para liberarlo, pero en esos mismos momentos un coronel afín al gobierno, Domingo Rodríguez, disparó a quemarropa al pecho de un Benavides engrillado y sin fuerzas. y luego le clavó la bayoneta en el corazón, arrojando posteriormente el cuerpo a la calle del Cabildo (hoy GeneralAcha), por una ventana superior del lugar.

El cadáver fue entregado a su esposa Telésfora Borrego en la tarde del día siguiente, pero recién recibiría honras fúnebres en enero de 1859 con un decreto de la reciente Intervención Federal y en cuyo texto se valoró y elogió claramente la labor de gobierno de Benavides, “como defensor de San Juan en el furor de las tempestades políticas”; “protector de todo perseguido, en la era de la regeneración”, así como “firme sostenedor de la Constitución Nacional, y antes y en todo tiempo la personificación del orden, de la justicia y de todo lo que es recto y noble”.

Los restos del “caudillo manso”
Hoy a 166 años de su asesinato, los restos del “caudillo manso”, como lo llamó el historiador Héctor D. Arias, y los de su esposa Telésfora, permanecen en una urna de travertino en el mausoleo de descendientes suyos en el Cementerio de la Capital, gracias a la sensible generosidad de la familia de Alejandro Quiroga Largacha.

La vida y obra de Benavides como gobernador está profusamente analizada y publicada, sólo queda que las autoridades correspondientes la analicen una vez mas y así, definitivamente, interpretarán que sus restos merecen descansar en el Panteón Provincial de San Juan, junto a otros mandatarios sanjuaninos.

Por Luis Eduardo Meglioli
Periodista y escritor
Fuentes: “Historia de San Juan”, Horacio Videla, Tomo IV, UCCuyo; “La muerte del caudillo manso (1858)”, Juan Carlos Bataller, y “Archivo del Brigadier General José Nazario Benavides”, de un equipo de historiadores bajo la dirección de Margarita F. de Bartol. FFHA, UNSJ, 2007; “¿Quién es ese Benavides?”, Francisco E. Rodríguez, Nispero.