Las autoridades de la intervención en San Juan que habían quedado a cargo de la provincia poco antes del terremoto del 15 de enero de 1944, nunca llegaron a comprender la magnitud de la tragedia y del cambio que se provocaba en San Juan. David Uriburu había llegado a la provincia el 11 de enero de 1944 y se fue pocos días después, el 30 de enero. A él le sucedió inmediatamente otro interventor, Humberto Sosa Molina, que gobernó hasta el 24 de agosto del mismo año, siendo reemplazado por Juan Berreta hasta el 24 de octubre de 1944.

Vitalico Gnecco al frente de la Recuperación Histórica
Pero volviendo a los primeros días posteriores al terrible sismo, el 28 de enero de 1944 el entonces ministro de Obras Públicas, Industria, Comercio y Minería de la provincia, Romeu M. Gaadi, dio a conocer el decreto N° 15, firmado ese mismo día, por el cual se designó presidente de la “Comisión de Recuperación Histórica” al señor Vitalico Gnecco”, sanjuanino, empresario vitivinícola y de la construcción, uno de los tres hijos de Agustín Gnecco creador del actual Museo Histórico Provincial. Además, fue, muy joven, uno de los fundadores de la Federación de Viñateros.

La Comisión citada, además de Gnecco como máximo referente, estuvo integrada por otros destacados sanjuaninos como los señores Abenhamar Rodrigo y Hebert Otero Cendoya. Entre los objetivos expresados en la resolución se apuntaba a “la recuperación dentro de la zona afectada, de todo el material histórico que se estime necesario”.

A su vez, esta Comisión está autorizada para solicitar de la División Recuperación y Apuntalamiento, “la mano de obra, los vehículos que requieran para trasladar a un lugar seguro y bajo custodia todo el material que se recupere’. También podrá “solicitar la paralización de cualquier demolición que afecte a fines expresados y en salvaguardia de cuanto tenga valor histórico y hasta que se obtenga la debida autorización de Superioridad”.

A Vitalico Gnecco en particular, le debemos la mayor parte del patrimonio salvado del terremoto de 1944. Pero hasta hoy, ningún gobierno ha tenido el acierto de reconocer a este sanjuanino cuyo aporte a la provincia, sobre todo desde lo cultural y patrimonial, fue inconmensurable.

Recuperación de la Casa de Sarmiento
Por otra parte, Vitalico había conseguido donar e instalar la después llamada “imprenta del terremoto” destinada a agilizar tareas administrativas de urgencia. Y una de las primeras medidas que se toman y sugeridas por Gnecco fue la recuperación de la Casa Natal y Museo “Domingo F. Sarmiento”, como Patrimonio Histórico y primer Monumento Histórico Nacional desde 1911. Paralelamente se comprobaba que soldados del Regimiento local comenzaban a limpiar las calles, a organizar, sacar escombros y hacer huellas para que pasaran los automóviles”.

En el trabajo de investigación “El testimonio oral: teoría y práctica. Hitos y proyectos de la historia contemporánea de San Juan (1944-1977)” los profesores Hugo R. Basualdo, Graciela Y. Gómez, Rosa del Valle Ferrer y Gladys R. Miranda, de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes (UNSJ) escriben también que fueron innumerables las reuniones del citado ministro Gaadi con Vitalico Gnecco.

Homenaje a los caídos
Tras cumplir con registrar los lugares históricos a proteger y recuperar, Gnecco también propuso la realización de un sitio de homenaje a los caídos en este terremoto. De esas reuniones surge lo que hoy conocemos como “plaza de la Joroba”, cuyo nombre original fue “Cerrillo del Sismo”, según el proyecto de Gnecco.

La recreación artística del esbozo estuvo a cargo del inolvidable artista plástico Santiago Paredes. Los antiguos dueños de esos terrenos de la hoy plaza fueron indemnizados por el gobierno provincial. Ellos eran las familias Valerio, Ramírez, el negocio de Rulemanes “Bolaños” y un gran almacén de ramos generales llamado “El Valenciano”.

Tan lejos llegó su trabajo de reclamos e investigación, que Gnecco envió una carta al presidente de la Nación, general Juan Perón, el 13 de mayo de 1952, para pedir, entre otras cosas, celeridad en los envíos solidarios a San Juan, anunciados por el gobierno de la Intervención Provincial cuyas autoridades, para Gnecco, “no sabían dónde estaban paradas”. Sin embargo, a aquella Comisión Especial, y a Vitalico Gnecco en particular, le debemos la mayor parte del patrimonio salvado del terremoto en los difíciles días posteriores a tan trágica noche de sábado veraniego. Pero hasta hoy, ningún gobierno ha tenido el acierto de reconocer a este sanjuanino cuyo aporte a la provincia, sobre todo desde lo cultural y patrimonial, fue inconmensurable. Esperemos que el homenaje se dé pronto.

Por Luis Eduardo Meglioli
Periodista. Presidente fundador del Consejo de Patrimonio Cultural y Natural de San Juan