Por Rodrigo Campos Agencia Reuters

Argentina probablemente modifique su política cambiaria para permitir un peso más débil después de las elecciones de mitad de mandato de este mes, dijeron analistas e inversores. Además advierten que la actual banda de flotación es insostenible y que el apoyo de Estados Unidos sólo serviría para ganar tiempo.

Estados Unidos ha estado comprando pesos y está trabajando en una línea de crédito para Argentina, supeditada a un buen resultado del partido ‘La Libertad Avanza’’, del presidente Javier Milei, en las elecciones legislativas del 26 de octubre. También condicionó el apoyo a la continuación de sus políticas de agresivos recortes del gasto, desregulación y libre mercado.
El apoyo elevó las apuestas para la política de Argentina y el partido tendrá que reforzar su presencia para evitar una anulación legislativa de los vetos de Milei a los proyectos de ley de gasto y a su dependencia de gobernar por decreto.

Alivio parcial

El banco central argentino (BCRA) ha mantenido el peso en una banda de flotación controlada desde mitad de abril, mientras que sus intervenciones, junto con las del Tesoro argentino, han repelido los recientes ataques contra el extremo débil de la banda. Pero la presión a la baja solo disminuyó parcialmente después de que el Tesoro de Estados Unidos dijera que compró pesos en el mercado abierto.
‘El banco central podría tener que ampliar la banda de flotación de la divisa para tratar de quitarle las ruedas de entrenamiento’’, dijo Brian Jacobsen, economista jefe de Annex Wealth Management, quien añadió que la terapia de choque podría desencadenar volatilidad a corto plazo, pero que era necesaria para el éxito a largo plazo.

‘Ampliar la banda de flotación de la divisa hasta que deje de chocar contra los límites llevará un tiempo, pero probablemente sea la dirección que necesitan tomar’’, agregó.
El ministro de Economía argentino, Luis Caputo, dijo que esperaba ejecutar muy pronto un marco con los términos de un ‘swap’’ de divisas de 20.000 millones de dólares que Estados Unidos acordó recientemente con el banco central.

Caputo ha dicho en repetidas ocasiones que el sistema de bandas no se alterará y que el respaldo estadounidense ayudará a apoyar los esfuerzos del BCRA, mientras que una política que favorezca una moneda débil correría el riesgo de empeorar la inflación.
El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, dijo que Estados Unidos volvió a comprar pesos en el mercado abierto, tras anunciar inicialmente una intervención la semana pasada.

Mercados anticipan ruptura

Sin embargo, los mercados a plazo ya están valorando una ruptura del límite más débil de la banda, lo que pone de manifiesto la preocupación de los inversores. El peso terminó el miércoles un 1,7% más débil, a 1.378 por dólar.

La banda sustituyó a los controles monetarios más rígidos, como parte de los compromisos de Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI) cuando obtuvo un nuevo programa de préstamo de 20.000 millones de dólares en abril. El peso ha caído un 22% desde entonces.
Seguir con la banda exigirá un rediseño, según Matthew Graves, gestor de carteras del equipo de deuda de mercados emergentes de PPM America.

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Argentina modificaría su política cambiaria para permitir un peso más débil después de las elecciones de mitad de mandato de este mes, dijeron analistas e inversores. Además advierten que la actual banda de flotación es insostenible y que el apoyo de Estados Unidos sólo serviría para ganar tiempo.