Buenos Aires, 20 de enero.- Es otra gran evidencia del poder de compra que fue perdiendo la moneda argentina en los últimos años. El caos en el que se vio envuelto el público ante el faltante de efectivo de mayor denominación, en los últimos meses, obligó al organismo que dirige Marcó del Pont a orientar prácticamente toda su emisión hacia los billetes de $100, hasta casi paralizar la del resto de los valores.

La impresión del billete más grande de la economía representa ahora cerca del 80% del dinero que el organismo está poniendo en circulación y muestra así la mayor proporción registrada desde la creación del peso hasta hoy.

En el esfuerzo por apaciguar la demanda del público, y con la asistencia de Brasil, el organismo puso en circulación 144 millones de billetes de $ 100 en los últimos 60 días (la mitad de la cantidad que había emitido en todo 2010). Y en este mismo período redujo al mínimo, en cambio, la impresión de billetes de $ 20 y de $ 50, e imprimió solamente 21 millones de unidades de $ 2, 11 millones de $ 5 y 18 millones de $ 10. De este modo, la expansión de billetes de $ 100 en el sistema fue de 14,6%.

Frente a este escenario, algunos economistas y políticos empezaron a advertir que, en febrero próximo, los argentinos podrían empezar a sufrir otro trastorno monetario: la escasez de los billetes más chicos, de $ 2, $ 5 y $ 10. Lo deducen con una cuenta bastante simple: de los $ 125.700 que hoy circulan en efectivo, $ 113.200 están en billetes de $ 100; y sólo $ 12.500 en el resto de los valores (menos del 10%). El primero en advertirlo públicamente fue el ex je- fe del Banco Central, Alfonso Prat Gay. Pero ayer lo consideró, también, el economista Miguel Kiguel: “Es posible que pase”, dijo. “Cuando aparecen las urgencias, la obligación es emitir los billetes grandes. Y como el ‘cambio’ en este país siempre faltó, la escasez de billetes más chicos en los próximos meses es posible”, agregó.

El verborrágico Jorge Asís también publicó su advertencia, ayer, en la red social Twitter. “Febrero sin cambio chico. Faltarán de 2, de 5 y de 10”, sentenció el analista.

Desde el BCRA admiten que “hoy puede haber un pequeño desvío en la proporción de los valores en circulación, respecto de los parámetros normales”, pero que “el desfasaje de billetes de $ 100 es estructural y ya tiene más de tres años en el sistema”. Aseguran, además, que “esto no implica que vaya a haber problemas con el cambio” hacia adelante, y recuerdan que hacia el segundo trimestre se comenzarán a imprimir monedas de $ 2.

Una fuente del organismo contó a este diario que, por estos días, las áreas técnicas están proyectando la cantidad de circulante que necesitará la economía este año: “Se está estimando la necesidad de billetes físicos en función de determinados parámetros y al mismo tiempo la necesidad de reemplazo de los billetes deteriorados, una cuestión que en los últimos años no se encaró”, comentó.

Con todo, el temor a la falta de cambio también empezó a ganarse un lugar en los bancos: “Si se imprimen sólo billetes de $ 100, en algún momento vamos a tener ese problema”, consideró ayer el economista jefe de una entidad.

Una fuente del sistema confirmó a El Cronista que desde hace tiempo el porcentaje de billetes de $ 100 que se carga en los cajeros automáticos es creciente. “Esto se viene viendo desde hace mucho. Lo hacen los bancos por una cuestión de volumen: si no lo llenan con billetes de 100, el cajero se queda sin efectivo rápidamente. El criterio es utilizar el mayor dinero posible”, contó. El billete de $ 100 está dejando de ser el símbolo de fortuna que supo ser en tiempos no demasiado remotos para la economía local, y empieza a diseminarse al ritmo cada vez más acelerado que le impone la inflación. Según calculan los analistas privados, este billete ya rinde apenas un cuarto de lo que rendía en el 2001: apenas $ 27. Ésta, dicen los analistas, es la principal razón que obliga al organismo de Marcó del Pont a incrementar el tamaño de su emisión y que motiva a una buena cantidad de banqueros, legisladores y economistas a reclamar a la entidad que se lance a imprimir billetes de $ 200 y hasta de $ 500.