Agonía: cuando ya habían comunicado el cierre, los trabajadores realizaron una nueva marcha hasta el Centro Cívico. Allí hubo una reunión entre el gobierno y el gremio y acordaron ayudas y gestiones para reincorporarlos.

 

Fue un final anunciado. Tras resistir más de un año manteniendo al personal con suspensiones pero pagando sueldos, finalmente ayer la compañía autopartista Itec anunció el cierre definitivo de su planta en Santa Lucía, ya que Peugeot que era su único cliente confirmó que no le comprará más, según informó el gerente de la firma, Rodolfo Barrios. La firma, que trabajó durante 31 años en la provincia en manos de diferentes dueños (ver aparte), dejó a 359 empleados en la calle y sin cobrar indemnización, inmersa en un proceso de convocatoria que desembocará en una quiebra, apenas se levante la feria judicial en febrero.

Lo que se acordó antes de bajar la persiana, son ayudas nacionales y provinciales para los ahora desempleados, mientras el Gobierno provincial apura las gestiones para reincorporar a la mayor cantidad posible de empleados en otras fabricas. Ya hay 4 empresas interesadas, según confirmaron ayer fuentes oficiales, que están dispuestas a tomar a la mayoría del personal: hasta el momento hay posibilidades para el 80% de los trabajadores, aunque se siguen buscando firmas para tomar a unos 70 trabajadores más que faltan, según confirmaron las fuentes.

 

Esto es posible porque la autopartista ingresó el martes pasado en el “Plan de Transformación Productiva”, un programa que ideó el gobierno macrista para otorgar subsidios para los eventuales despidos de empresas que no estén en condiciones de afrontar la competencia importada (como es el caso de Itec), y que a la vez abarata los sueldos de las nuevas contrataciones. El acuerdo se firmó en el Ministerio de Trabajo de la Nación con representantes de Delphi Packard (Itec San Juan), del gobierno sanjuanino, y del gremio nacional de Plásticos.

 

Así, los 359 empleados recibirán un Seguro de Desempleo Ampliado de $8.860 que dará la Nación por 6 meses, ampliable a otros 6 más; y las empresas que los incorporen podrán descontarlo del salario que les correspondería pagar. Si el personal no es reincorporado, igual cobrará el subsidio. El representante gremial local, Rolando Manzanelli, dijo que la fecha de cobro dependerá del momento en que cada trabajador concrete las presentaciones personales que deben hacerse ante la Anses con los telegramas de despido. “Vamos a pedir una ventanilla exclusiva para evitar que tengan que hacer cola”, dijo y calculó que podrán empezar a cobrarlo entre febrero y marzo próximo.

 

Además se acordó que cobren dos cuotas más de $3.000 del subsidio nacional Repro, una a fines de enero y otra a principios de febrero. La provincia a su vez pagará $1.000 a cada trabajador del subsidio Repip adeudado de septiembre de 2017, según se acordó ayer en una reunión mantenida durante la mañana en el Ministerio de Producción. Si bien al ser despedidos, los trabajadores ya no tiene representación gremial, Manzanelli aseguró que no los abandonarán: “El gremio les seguirá otorgando la obra social hasta que sean reincorporados y otros beneficios sindicales, además de asesoramiento legal gratuito”, anunció ayer en la tarde.

 

Esto último les hará mucha falta porque los empleados se van sin indemnización. “La empresa hoy no tiene los medios para afrontar indemnizaciones”, dijo Barrios, el representante de Itec, por la mañana al confirmar el cierre. Responsabilizó a Peugeot de “la negativa a continuar con el plan de reabrir en febrero” y de embargar las cuentas de la autopartista, lo que le impide disponer de fondos para los empleados. Una vez que Peugeot comunique la decisión en el Juzgado Comercial cuando finalice la feria judicial, se declara la quiebra.

 

Una historia de 31 años

 

Año 1987: Nació la autopartista Puerto Seco, propiedad de capitales sanjuaninos, en la calle San Luis, entre Alem y Santiago del Estero. Empezó a proveer el cableado para unidades Renault que se fabricaban en Brasil. Ese mismo año, ya con el beneficio de la promoción industrial, fue adquirida por el grupo mendocino Pescarmona y pasó a llamarse TCA (Tecnología en Componentes Automotrices). También se mudó a Santa Lucía, a un predio en el lateral Este de Circunvalación entre 25 de Mayo y San Lorenzo donde permaneció hasta hoy.

Año 2009: al caer el beneficio promocional y acumular deudas fue vendida a la firma brasileña Delphi Packard. Entonces era la tercera fábrica que más personal empleaba en San Juan, con 496 trabajadores. Sus nuevos directivos se plantearon el objetivo de profundizar la sustitución de importaciones en el país, incluso funcionarios nacionales vinieron en el 2012 a inaugurar la ampliación de esta planta. Pero pocos meses después, la aplicación del impuesto a los autos de alta gama y la devaluación a fin de año hicieron caer la venta de 0Km, y las automotrices frenaron las compras de autopartes. Tras meses de suspensiones, confirmó el cierre y colgó el cartel de venta.

Año 2015: pasó a manos de Héctor Méndez y se convirtió en Itec y continuó entregando insumos a Peugeot. A mediados de 2016 y para preparar su planta para un futuro contrato con Fiat pidió préstamos en la Nación que no se concretaron. Fiat descartó negocios con la firma local, prefiriendo comprar autopartes importadas más baratas. El año pasado, Peugeot siguió el mismo camino. Se mantuvo con suspensiones hasta ayer, cuando finalmente anunció el cierre.