Los efectos de las heladas tardías, los resultados de la reducción de los trabajos necesarios en los parrales y la sequía ya tienen números oficiales proporcionados por el Instituto Nacional de Vitivinicultura. Y confirman los anticipos de entidades como el INTA y las voces de los productores que hablaban de una merma en la cosecha de uvas. Es porque un informe del proceso de elaboración de la presente vendimia dado a conocer por el INV revela que las primeras variedades que se están cosechando, de las llamadas primicias, vienen con una disminución de alrededor del 30%.

Así sucede, por ejemplo, con la variedad Aspirant Bouschet, cuya cosecha ya finalizó, con un resultado en San Juan de 7.119.607 kilos, mientras que el año pasado se habían recolectado 10.223.200 kilos. Otras variedades que vienen con mermas similares son la Syrah, Chardonnay, Chenin y Viognier, por citar algunas, aunque aún quedan algunos kilos por levantar. Son datos reflejados en el informe del proceso de elaboración con datos a la semana número 11, hasta el domingo 9 de febrero.

Entre las razones de esta situación, Pablo Martín, representante de la Mesa Vitícola, dijo que se confirmaron los temores que tenían los productores. "Las heladas, la falta de los trabajos necesarios, los altos costos de los fertilizantes han hecho sentir sus efectos". Y agregó que "el grano no se ha desarrollado como lo tenía que hacer, lo que se traduce en menos kilos".

Juan José Ramos, dirigente de la Asociación de Viñateros Independientes, dijo que "hay variedades de uvas finas que son más sensibles a las heladas y son aquellas en las que se nota más".

Además, la crisis hídrica también se nota, a lo que se suma el efecto de las altas temperaturas reinantes, sobre todo en el pasado mes de enero, cuando el termómetro superó en varias oportunidades los 40 grados.

Ese ha sido un factor también, según la opinión de los técnicos, para que también se registre un adelanto en las fechas de cosecha, un fenómenos que se nota más en el caso de Mendoza. Así, por ejemplo, el mismo parte de cosecha, consigna que para la misma fecha, se habían cosechado 14,8 millones de kilos, mientras que este año se llevan recolectados 47 millones de kilos. En San Juan, las cifras, a la misma fecha, van de 36 millones de kilos a los 38 millones de kilos de este año.

Frente a este panorama, Ramos aconsejó a los productores "no malvender las uvas", sino mejor hacer elaboración maquila y esperar a que los precios repunten.

Si hay menos uva, los productores esperan que se traduzca en mejores precios del vino.

En el sector viñatero siguen insistiendo en que los 6,50 pesos por kilo de uva, como valor base, dentro del programa de asistencia financiera implementado por el Gobierno de San Juan es bajo y que ése valor tiene que repuntar. Máxime cuando se está confirmando que hay menos uvas en los parrales.

Eduardo Garcés, desde la Federación de Viñateros, sostuvo que "se están dando los números que habíamos anticipado, con mermas que rondan entre el 30 al 40%. El problema es muy grave este año".

Confirmadas ya las nuevas autoridades del INV, con Martín Hinojosa como presidente y Hugo Carmona como vicepresidente, los productores esperan que el organismo dé a conocer la estimación de la cosecha, que permitirá analizar la situación del sector.

Este panorama tiene lugar en un contexto en el que el Gobierno de San Juan ha puesto en marcha el Programa de Asistencia Financiera para el Sector Vitivinícola 2020, con 700 millones de pesos de asistencia financiera, a tasa cero para viñateros y de un dígito para bodegas,. La condición es que las partes, es decir viñatero y bodeguero, firmen un acuerdo bajo la lupa oficial en el que se comprometen a respetar un precio base del kilo de uva común a 6,50 pesos, reajustables si el mercado mejora.

Más consumo en el mercado interno

Después de 4 años en los que la comercialización de vinos en el país arrojó cifras negativas, con un retroceso permanente, durante el año pasado se registró un incremento del 5,1% en los despachos al pasar de 8.396.019 hl del 2018 a 8.827.007 hl del año pasado, según los datos oficiales proporcionados por el INV. En el sector atribuyen el fenómeno a que, por un lado, el producto está más barato que su competidor directo, la cerveza, y a que, por efecto de las distintas campañas, están empezando a cambiar los hábitos de los consumidores.

Para encontrar un crecimiento en los despachos en los últimos años hay que remontarse al 2015, cuando la suba fue del 3,3%.

La noticia es alentadora, y así lo interpretan en el sector viñatero y el industrial, a la luz de los esfuerzos para lograr que el precio del litro de vino se tonifique, más cuando la vendimia 2020 está en marcha.