En un intento para no seguir perdiendo ventas, que ya de por sí vienen complicadas, comerciantes y empresarios sanjuaninos hablan de trasladar a las listas de precios de comestibles e indumentaria un porcentaje inferior al último aumento de las naftas que tuvo lugar el domingo, que fue del 5%. La estrategia buscará amortiguar los efectos del cimbronazo que, en circunstancias normales, hubiera significado que todo el incremento de los combustibles fuera aplicado en los valores de la mercadería. En el sector estiman que en una par de semanas comenzarán a percibirse los nuevos costos de los productos, que aún no los tienen definidos.

"En circunstancias normales todo el incremento de los combustibles va a los precios de los artículos, pero en un escenario de bajas ventas y con aumentos casi diarios como ahora no va a suceder", dijo Alejandro Donna, de la Cámara Sanjuanina de Supermercados y Autoservicios. Y con él coincidió Hermes Rodríguez, de la Cámara de Comercio. "El problema es que se pueden perder fuentes de trabajo", dijo el dirigente.

El fuerte impacto que tiene la suba de los combustibles se debe a que afecta directamente el costo de los fletes de las mercaderías. Y como San Juan está muy alejada de los principales centros abastecedores, el efecto es casi inmediato.

La suma

23 Es el porcentaje de incremento que han tenido los combustibles líquidos en lo que van del año en el país. Al 18% de arrastre se sumó el 5% aplicado desde las 0 horas del domingo pasado.

Ante una consulta de este diario, Donna calculó hace poco más de una semana que las ventas de los supermercados locales había caído en junio, en comparación con el mismo mes del año pasado, un 10%. El fenómeno era producto de la fuerte escalada de los precios de los últimos 60 días, que se había agudizado con la corrida cambiaria y el alto impacto que tuvo la suba del dólar en los alimentos. Los datos correspondían a los negocios locales y no a las grandes cadenas comerciales que funcionan en la provincia.

José Maldonado, titular de la Unión Propietarios de Camiones (Uprocam), habló de la imposibilidad de "absorber" el aumento de los combustibles y de que no les quedaba otra que trasladarlo a las tarifas.

Otro que manifestó su preocupación fue Hugo Goransky, titular de la Unión Industrial, quien dijo que tanto la compra de insumos como el envío de productos depende de los fletes que se ven afectados por la suba de las naftas.

Aunque se esperaba un incremento en los combustibles líquidos del orden del 3%, la petrolera estatal YPF, la mayor del mercado, subió desde la cero horas del domingo un 5% el precio de las naftas y el gasoil. En la práctica la Súper quedó en $30,14, Infinia $35,56. Diesel 500 $6,13 y la Infinia Diesel $31,17. Para ser más precisos, se puede añadir que la Súper aumentó $1,44 (5,02%). Infinia $2,63 (7,98%), la Diesel 500 $1,24 (4,97%) y la Infinia Diesel $ 2,31 (8%). Con este incremento, el mercado de los combustibles suma en el año una suba del orden del 23%.

Si bien los petroleros habían acordado con el exministro Juan José Aranguren un alza del 3%, la devaluación del peso frente a la escalada del dólar, que el viernes trepó a $29,50, cambió el panorama y de esta forma dejó trunco el congelamiento tarifario prometido por el exfuncionario. Como YPF es líder en el sector, el resto de las compañías seguirá la política de esa firma porque también tienen valores atrasados con respecto a los últimos movimientos del tipo de cambio local. Incluso días atrás, la titular de la Cámara de Expendedores de Combustibles, Analía Salguero, habló de un "atraso" que en el sector se estima entre el 27 al 30%. La dirigente sostuvo en esa oportunidad que "el combustible es un producto que se compra en dólares y se comercializa en pesos, y si no acompaña la depreciación de nuestra moneda es insostenible el negocio".

Desregulado

El mercado de los combustibles en el país está desregulado, es decir que en la práctica cada compañía aplica su propia política de precios. Pero la que lidera el mercado es la estatal YPF y cuando dispone un incremento, el resto la siguen para no quedar atrás.

Una caída sin freno

Ni las operaciones por el Día del Padre, una de las fechas más esperadas por los comerciantes sanjuaninos, alcanzaron para salvar las ventas de junio, que cayeron un 3,8% en comparación con el mismo mes del año pasado, según datos de la Cámara de Comercio de San Juan. Con esa cifra, el sexto mes del año tuvo el peor registro en lo que va de 2018. De este modo, febrero sigue siendo el único mes que cerró con saldo positivo, con un aumento del 1,4 por ciento.

Según información proporcionada desde la Cámara de Comercio, durante el último mes los rubros más afectados fueron indumentarias, calzados y alimentos. "Se observa una importante caída en el consumo lácteo y productos de harina en general", indicaron desde la entidad, que preside Hermes Rodríguez.

Cabe recordar que durante el primer mes del año, el descenso fue de 2,2%; en marzo la caída llegó al 1,6%; y en abril la merma registrada fue del 1,8%. En mayo pasado, el descenso de las ventas alcanzó el 3,5%.