En las casas de venta de bebidas dicen que en esta época los sanjuaninos cambian hacia los blancos porque los asocian a la frescura, además de que se están produciendo blancos de mucha calidad.

En una provincia netamente vitivinícola la cerveza está haciendo estragos en el consumo de vino. De eso no caben dudas. Claro que no se trata de volcar las tintas solo en esto, ya que la caída se registra desde la década del 80. A esto se suma la apertura de las importaciones que han permitido la entrada de infinidad de otras bebidas y el aumento de precios de los vinos estimado en aproximadamente un 30 por ciento al cierre del 2017.

 

Las cifras oficiales del consumo per capita por año apenas si alcanzan los 20,7 litros, aunque hay voces que hablan de sólo 20. Pero para los amantes del vino nada mejor que ver la copa medio llena que es la que indica el camino a seguir, o al menos la que da pautas hacia dónde van las tendencias al momento de elegir.

 

En general -y durante todo el año-, siguen siendo por lejos los tintos los elegidos con el Malbec a la cabeza, pero en el verano los blancos marcan tendencia y esta vez con el Sauvignon Blanc como punta de lanza, seguido por el Viognier (tendencia desde hace varios años), y el Pinot Gris, indica Guillermo Romero de la Casa del Vino.

 

“Es increíble como la gente cambia en esta época hacia los blancos porque los asocia a la frescura. Además se están produciendo blancos de mucha calidad que es lo que la gente busca”, dice Romero. Fabricio D”Annunzio de Vitis, casa de bebidas y otro de los puntos de referencia de ventas, indica que “los tintos siguen siendo tendencia y si bien los Malbec son los más buscados nosotros tratamos de sugerir que prueben varietales diferentes o blends para no perderse todo lo bueno que hay en el mercado. Claro que hay público para todo, también están los que buscan siempre novedades. Además las tendencias estacionales que se dan siempre”.

 

Los espumosos, otro atractivo con cada vez mejor prensa, no dejan de ser “el turrón de las fiestas, ya que es la época de mayor consumo”. Como la realidad está marcada por la billetera personal, es que son los vinos de menos de 100 pesos los que “se buscan porque quedan cómodos”, pero la franja entre 150 y 200 pesos es la que más se vende, indican las fuentes consultadas. Una franja que no cae es la que elige vinos de alta gama que van entre los 400 a los 600 pesos. Siempre permanece intacta. Sin duda el consumo ha mejorado en cuanto a calidad ya que el 2017 marcó récord con los espumosos en todo el país (treparon al 7,5% acumulado en la última década), lo mismo que los vinos de segmento superior y alto (más de 150 pesos en adelante), que acumularon un 14% en el mismo período, mientras que los de menos precio siguen en baja.