La reforma impositiva que prepara el Gobierno elevará el tributo denominado "impuestos internos" para las gaseosas azucaradas. Hoy, esas bebidas pagan un 8% y, tras las modificaciones, abonarían un 20% por ese gravamen. Esa alteración ya está decidida en los planes oficiales. Lo mismo pasaría con espumantes: hoy están exceptuados de pagar Internos (de un 12%), pero esa situación no continuará. Con los cambios previstos por el Ejecutivo, su tributo sería del 20%.

 

Pero el último borrador que estuvo barajando el Gobierno incluye modificaciones impositivas para casi todas las bebidas. Aunque los detalles pueden sufrir variaciones de último momento, todo índica habrá más impuestos para varias bebidas an alcohólicas, cervezas, vinos y espirituosas.

 

Las bebidas an alcohólicas -que no poseen alcohol- pagan un 4% de impuestos Internos cuando se trata de aguas y gaseosas que tienen más de 10% de jugo. En el caso de las gaseosas, tributan un 8%, más allá de la cantidad de azúcar que posean. En los planes oficiales, el gravamen escalaría de 4% a 8% para aguas y gaseosas con jugos, y de 8% a 20% en el resto de las gaseosas.

 

Como hay impuestos a las bebidas "azucaradas" en decenas de lugares del mundo, por razones "de salud", en el Gobierno hay quienes piensan que hay que diferenciarlas de aquellas gaseosas sin calorías. Pero la decisión final no estaría tomada, porque la implementación implica cierta complejidad.

 

La cerveza paga un 8,7% de impuestos Internos. Con la reforma, ese tributo subiría a 20%. De esta forma, será equiparada con otras bebidas alcohólicas, como vino y espumantes.

 

En el Gobierno saben que habrá resistencia de las provincias cuyas economías regionales dependen del vino.

 

Las bodegas no poseen impuestos Internos por los vinos, es decir que su tasa de "Internos" treparía de 0% actual a 20%. Las fabricantes suponen que los pondrían que los pondrá en una condición desventajosa frente a las gaseosas y cervezas.

 

Los impuestos "Internos" a espirituosas promediarían el 30%. No estarán todas al mismo nivel y dependerá de la graduación alcohólica. Las que menos alcohol poseen podrían tener un tributo del 25%, mientras que las de mayor graduación irían hacia un impuesto del 40%.

 

Tras la publicación el sábado en Clarín de los cambios propuestos por el Gobierno, hubo malestar entre varios ejecutivos del sector por las noticias. En todos los casos, ya se consideran fuertemente acosados por impuestos (50% en gaseosas, 52,3% en cervezas) y creen que una modificación más sería un golpe al consumo. En el Palacio de Hacienda se atajaron y señalaron que "no hay nada confirmado".

 

Los mayores tributos implicarían un traslado a precios y el encarecimiento restringirá el consumo, según estiman. Eso congelará planes de expansión y hasta quizás implique una contracción hacia sus cadenas de valor (como ingenios azucareros o productores jugueros) de proveedores.

 

De todas formas, las empresas creen que los diputados y senadores que representan a las economías regionales opondrán cierta resistencia a los planes del Gobierno. Del otro lado, en el Ejecutivo creen que habrá mayor recaudación potencial por gaseosas y cervezas. Eso generará ingresos para repartir y calmar ansiedades provinciales.

 

Fuente: Clarin