El ingreso de la economía en el segundo trimestre de un nuevo ciclo recesivo, un poco más intenso que el registrado dos años antes, tuvo su efecto inmediato en el aumento de la tasa de desempleo, más intenso en el segmento de la industria manufacturera y la construcción, que en el de los servicios públicos y privados.

La Encuesta Permanente de Hogares del Indec en los 31 aglomerados urbanos del país, con una población de millones de 27,8 millones de personas, arrojó que para el tercer trimestre del año una oferta laboral de 12,99 millones de las cuales se encontraban empleadas 11,82 millones, y un 9% se encontraba en la búsqueda de un puesto rentado, pero sin alcanzar ese objetivo, unas 1,2 millones de personas.

En un año en que la actividad económica acusó un punto de giro de más de 7 puntos porcentuales, porque pasó rápidamente de un ritmo de reactivación del 3,8% interanual, a una contracción del 3,5%, la tasa de desempleo se elevó menos de un punto porcentual, de 8,3% a 9% de la oferta laboral.

 

La resiliencia que mostró el mercado de laboral en términos de cantidades de personas ocupadas, en blanco y en negro, en relación de dependencia y también como cuenta propista, fue la contracara de la brusca caída del poder de compra de los ingresos del conjunto de los trabajadores.

Incluso, la medición del Indec determinó una baja de 6 décimas de puntos porcentuales respecto del trimestre previo, como consecuencia de la desaceleración que registró la caída de la actividad económica, a partir de los primeros datos positivos vinculados con la nueva cosecha 2018/19 y la maduración anticipada de las inversiones en el reservorio carburífero de Vaca Muerta.

 

Pese al cuadro recesivo en el que ingresó la economía en el segundo trimestre y se mantuvo en el tercero, aunque con menor intensidad estadística, la encuesta oficial registró sendos aumentos de la oferta laboral y algo menos en la tasa de empleo, en comparación con un año antes.

En el primer caso se trató de un incremento en 4 décimas de puntos porcentuales, equivalente a unas 238 mil personas, mientras que en el segundo se elevó mínimamente, 1 décima de punto porcentual, unas 128 mil personas. De ahí surgió el crecimiento del total de desempleados en un año en 110 mil personas, en el universo relevado.

Una lectura que hace en Hacienda es que "el tipo de cambio flotante ha actuado como mitigador de schoks, así como que una parte no menor del conjunto de empleadores no prevén una recesión prolongada, y por tanto mantuvieron la nómina, pese al receso fabril y comercial".