En las últimas semanas, el mercado reflejó en los precios un resultado de las PASO favorable al Gobierno, el cual permitió, en consecuencia, despejar gran parte de la incertidumbre política propia de cualquier período electoral. Ahora bien, esto no invalida la pregunta de si hay que modificar o no parte de la cartera esperando ya las elecciones de fines de octubre, o incluso pensando un poco más allá. De lo que se habla es de estrategias que sirvan para afrontar el último trimestre del año e ir pensando ya en irse tranquilos a las vacaciones.

Lo primero a plantear brevemente es la coyuntura a considerar. Se toma como dato acá un escenario internacional que podrá no ser tan benigno como en el último tiempo. No hay dudas de que entran en análisis en este punto los movimientos de política de la FED, que tendrán impacto por momentos sobre la volatilidad de los flujos de capitales.

Eso no implica igualmente que se espere un desarme de las posiciones en deuda emergente en general, sino que simplemente la sensibilidad de las valuaciones podrá aumentar. Algo que, en principio, obliga a pensar en qué parte de la curva de rendimientos el inversor se siente más cómodo.

Mientras que en lo local, parte de la atención de los inversores va a ir bastante más allá de lo positivo que resultó una posible elección favorable "al cambio". Despejados los ruidos sobre la continuidad, se comenzarán a hacer análisis más profundos de la probabilidad real de cumplimiento de la meta de política fiscal en 2018 y de cómo ésta se pueda lograr, como también del detalle de las necesidades de financiamiento para cerrar las cuentas. Esto último, entendiendo igual que la discusión sobre el nivel de endeudamiento es por ahora más para la tribuna política. Entrará lógicamente también en juego el avance de reformas pendientes, y con ello, la probabilidad de pensar en una senda de crecimiento sostenido.

En términos de mercado nada de esto podrá evitar que los precios de los activos financieros se vean impulsados por posibles mejoras en la nota de riesgo o la vuelta al mundo emergente para el MSCI en algún momento del año próximo.

Se destaca, ahora, cuáles son los instrumentos que un inversor conservador/moderado debe mirar:

1) Lebacs: populares entre inversores conservadores. Ofrecen tasas de interés en pesos de entre 26-27% anual, en promedio. Atractivas en un marco en donde la tasa debería ganarles a la devaluación y la inflación en los próximos meses.

2) Letes: Letras del Tesoro en dólares con rendimientos ofrecidos que oscilan entre 2,8-3,15% anual según el plazo y tomando como referencia las últimas licitaciones. Tasa de entre 1-2 puntos por arriba de un plazo fijo. Esta semana habrá licitación.

3) Bonos en dólares: la mejor ecuación hoy de riesgo-rentabilidad que está en la parte media de la curva de rendimientos. Se observan hoy rendimientos de entre 4% y 6-6,5% anual dentro de los bonos soberanos, y en el orden del 5-7% en los provinciales. Quizá sí deba tener en cuenta que no es una opción para aquellos inversores conservadores.

4) Fondos comunes de inversión: diversificación y liquidez, junto con tasas interesantes, son los principales beneficios para este activo apto para minoristas. Es posible incluso encontrar opciones para diferentes perfiles de inversión.

5) Fideicomisos financieros: rendimientos atractivos y riesgo contenido son algunas de sus características. Permiten hoy, según la emisión, obtener tasas por arriba de las letras del BCRA. No obstante, hay que asesorarse y entender el producto.

Entre otros lugares, en San Juan se puede consultar sobre estas herramientas en San Juan Bursátil y en la Bolsa de Comercio de San Juan