Luego de que la gestión de Marcelo Orrego anunciara que implementará la educación financiera en las escuelas secundarias de la provincia. Gabriela Totaro, especialista en finanzas que escribió un libre sobre la educación en este tema para menores de edad, le dijo a DIARIO DE CUYO que estos contenidos son de “necesidad imperiosa”.
La mujer, que también es psicopedagoga, dijo que es posible trabajar desde la infancia temprana y que a largo plazo genera mejoras en el vínculo con el dinero de los futuros adultos. Además, sumó otro beneficio a este tipo de enseñanza: puede prevenir la caída de menores de edad en la ludopatía, un problema que crece en el país, en especial con las apuestas online.
Totaro vino este año a San Juan en varias oportunidades para poder dar clases especiales para alumnos de escuelas que la convocaron de manera puntual. La mujer no formó parte del nuevo programa que lanzaron en conjunto el Ministerio de Educación y el Ministerio de Hacienda, llamado Cuentas Claras. Este trabajo oficial implementará los conocimientos básicos en economía y finanzas en alumnos de las escuelas secundarias de la provincia. Para esto harán capacitaciones primero con los docentes, para que puedan contar con las herramientas para bajar luego los contenidos a las aulas. La formación estará a cargo de la Universidad Católica de Cuyo, que se encargará de trabajar primero con 700 docentes de escuelas con todos los perfiles, tanto técnicos, como artísticos, de capacitación laboral y también en Educación Superior.
La especialista, que trabaja en la formación de niños y adolescentes de todo el país, con una academia a nivel nacional, celebró la decisión de San Juan y dijo que es “una defensora de que estos contenidos se incorporen formalmente”. Contó que se encuentra trabajando en un proyecto de ley a nivel nacional para llevar a la currícula el tema. Sobre que sean las docentes las encargadas dijo que es clave porque “para educar financieramente, es crucial tener formación pedagógica. No cualquiera puede educar financieramente”. Sumó que es una ventaja que la formación se de en las aulas porque “para ser efectiva, debe estar complementada con la participación de la familia y la sociedad, incluyendo talleres y experiencias prácticas”.
Este tipo de trabajo ayuda a contrarrestar un problema que detectó y es que “el nivel de educación financiera de los argentinos es preocupante. A nivel nacional, la alfabetización financiera de los argentinos es muy baja”. Según dijo, a lo largo de sus investigaciones llegó a la conclusión de que el país “tiene una edad mental de educación financiera promedio de entre 8 y 12 años”. Esto implica que el 3% de la población tiene sus finanzas planificadas. “Existe más desinformación que información. Hoy, en nombre de la educación financiera, cualquiera sale a decir cualquier cosa, y eso no es bueno”, aseguró.
Sobre el impacto que puede tener en los niños y adolescentes aprender de finanzas explicó que “en el contexto argentino, marcado por una economía volátil, la alta inflación y la devaluación de la moneda, el conocimiento y la gestión de las finanzas personales son herramientas absolutamente indispensables”. Según explicó, se generan valores y hábitos, ya que la formación no tiene que ver con “enseñarles a los niños a analizar gráficos complejos, sino de inculcar valores y hábitos saludables”. Entre los ejemplos citó la posibilidad de que entiendan sobre “ahorro, planificación, responsabilidad, paciencia, perseverancia y generosidad son pilares esenciales para una futura salud financiera”.
Otro de los puntos que remarcó es que, al estar en la educación formal, se contrarresta el “pensamiento mágico”. Con esto se refirió a que en el país se da esto “en relación con las finanzas, la creencia de que ‘poniendo uno, vamos a ganar un millón’”. En opinión de la especialista esto sebe también a hay “desinformación y la publicidad orientada al consumo”. Además, agregó que trabajar estos temas es una inversión social porque “enseñar a los niños a administrar sus recursos y a diferenciar entre la tranquilidad financiera y la ilusión de la “plata fácil” es una inversión no solo en el futuro individual de cada niño, sino también en el futuro de nuestra sociedad”.
Totaro dijo que tener estos conocimientos desde pequeños transforma tanto la infancia como la vida adulta. Cuando son chicos les permite ahorrar, gestionar su dinero y fomentar su autoestima y autonomía. Además, les permite postergar la idea de inmediatez, buscando objetivos a largo plazo. Esto último es clave, agregó, porque “les brinda a los jóvenes una alternativa real y regulada frente a la “magia” de las apuestas. Al enseñarles qué hacer dinero requiere disciplina, paciencia y tiempo, se les dan herramientas concretas para construir un futuro financiero sólido”. A su vez, les da la posibilidad de entender el funcionamiento de las inversiones del mercado de capitales, para evitar estafas.
Para poder llegar a distintas edades trabajan en la adaptación según la etapa de los niños y adolescentes. A los más pequeños, por ejemplo, les enseñan el “método de los tres frascos”. Esto implica que los niños dividan su dinero para ahorrar, disfrutar o donar. También implementa un método japonés que es el de un presupuesto escrito a mano y juegos y lecturas que les permiten proponer conversaciones a su entorno familiar. A partir de la adolescencia, Totaro dijo que pueden empezar a tener su propio dinero, con cuentas o billeteras virtuales autorizadas por los adultos. De esta manera, agregó, se puede hacer un seguimiento de los gastos y movimientos.
La visión del Ministerio de Educación
Mariela Lueje, Secretaria de Educación, detalló sobre el programa Cuentas Claras que buscarán dar “una formación integral y para la vida; brindarle herramientas a los alumnos para que cuando salgan de la escuela tengan un manejo del dinero y las finanzas integral, tanto si trabajan en relación de dependencia como si son emprendedores”. Explicó que habían detectado esta necesidad y citó como ejemplo que hace un tiempo notaron que los jóvenes “no sabían cómo era un contrato, la diferencia entre una Factura A u una B”, entre otras falencias. Los únicos que tenían acceso a esta formación eran quienes tenían especialidades económicas, pero les pareció importante extender esto como “una herramienta para la vida de todos”.
En próximas etapas no descartan llevarlo a más niveles, pero empezarán con los adolescentes de los dos últimos años de la secundaria, ya que quieren que quienes vayan saliendo cuenten con esta educación. También trabajarán en las capacitaciones laborales, adultos mayores y educación superior. En estos grupos, aseguró, existen muchos alumnos que ya son emprendedores, para ayudarlos a crecer en este rumbo. A su vez, dijo que esta formación será también “clave para los docentes”. En la primera etapa también iniciarán con aquellos profesores de materias vinculadas, como economía o matemática, ya que quieren iniciar con quienes cuentan con una base. A estos les darán ocho módulos, en los que también habrá actividades prácticas que pueden llevar al aula.
Una de las ventajas que permitirá esta formación, dijo la funcionaria, es que podrán “evitar las ciberestafas, por lo que ayudará a chicos y grandes”. También les darán información sobre cómo invertir y clases que les permitirá analizar herramientas de rendimiento con riesgo alto, mediano y bajo. Esto último les permitirá elegir si quieren incrementar sus fondos, pero también los alejará de las apuestas porque entenderán que “tienen muchas posibilidades de perder el dinero”. Entre las ventajas de este modelo, Lueje planteó que será un sistema formal que permitirá dar claridad en un entorno digital en el que “se googlea, o usan las redes, donde hay influencers o posteos, que por ahí puede haber cosas buenas, pero también estar mezclado con desinformación”.

