La pequeña protagonista cobra vida de una manera amorosa, simple y comprensiva a través de dos cuentos destinados a internalizar situaciones que para muchos no son fáciles de afrontar. Una es la llegada de un bebé con discapacidad a la familia y la otra la neurodiversidad en el ámbito escolar. Ambos relatos se han transformado en un libro titulado “Lucía: cuentos de amor para hablar de discapacidad”, que llegará a escuelas y a quienes lo necesiten desde la Dirección de Personas con Discapacidad, dependiente del Ministerio de Familia y Desarrollo Humano, en colaboración con el Fondo Editorial de la Cámara de Diputados.
“Muchas veces nos toca atender en la Junta destinada a otorgar el certificado de Discapacidad a papás que acaban de tener un hijo con Síndrome de Down, por ejemplo; del mismo modo llegan familias que han sufrido situaciones con sus hijos en las escuelas. A partir de eso, y como a mi me gusta trabajar en mi consultorio con libros, me surgió la idea de generar algún contenido para abordar este tipo de situaciones. Si bien yo no soy escritora me animé y lo hice”, cuenta María Paula Moreno Aubone, psicóloga especializada en niñez y adolescencia, y actual directora de Personas con Discapacidad.
“Mi hermanito Almendrita”, uno de los cuentos, trata sobre la llegada de un bebé con discapacidad a la familia y cómo los padres se lo comunican a la hermana mayor. Está pensado desde la inocencia de un niño y cómo ellos aceptan con naturalidad muchas situaciones que los adultos tardan en procesar.
El segundo es “El Juego de las Coincidencias”, que aborda el tema de la neurodiversidad en el ámbito escolar. Lucía, la protagonista, tiene un compañerito que asiste acompañado de una DAI, un detonante que la lleva a pensar qué podía hacer para que su amigo se sintiera más integrado. Así surge la idea de crear un juego y lo logra. De hecho al final del cuento, se incluyen tarjetas recortables para realizarlo después de la lectura junto a otros niños o compañeros de clase. Realmente muy didáctico.
Estos cuentos serán presentados tanto en formato físico como virtual, permitiendo su descarga mediante un código QR, de tal manera que puedan estar disponibles para todas las familias que los necesiten. A la par se está coordinando con el Ministerio de Educación para que también estén a disposición de los Gabinetes Técnicos Interdisciplinarios.
“Primero generé el contenido con la intención de hacer algo por estas áreas, y como no soy escritora le pedí a Paulina Rotman (periodista), que me ayudara con detalles de redacción. Una vez que estuvieron listos le pedimos colaboración al Fondo Editorial de la Legislatura Provincial para poder hacer el libro. De inmediato se sumaron y nos pusieron en contacto con la ilustradora, Verónica Idemi, quien creó el personaje de Lucía y también de Almendrita, que se llama así por los ojitos achinados en referencia a las personas con Síndrome de Down. Ambos quedaron hermosos”, relata María Paula.
También era importante convocar a las autoridades del Ministerio de Educación para sumarse a la propuesta y llegar así a las escuelas, sobre todo para trabajar con el segundo relato.
“Nos reunimos con la Ministra de Educación, Silvia Fuentes, con el Director de Gabinetes Técnicos Interdisciplinarios, Luis Lucero y Mariana Gómez, Directora de Educación Especial , y les pareció interesante para trabajarlo”, dice la Directora de Personas con Discapacidad.
Por ahora serán entre 100 y 150 libros los que se entregarán en formato físico más las tarjetas con código QR para poder bajarlos.
A esto se sumará una pestaña de la página https://discapacidad.sanjuan.gob.ar/ desde donde se podrá descargar para su lectura, tras la presentación oficial que será en los próximos días. Del mismo modo cada una de las tres Juntas de las que dispone el área, podrá ponerlos a disposición cuando se detecten las situaciones narradas en los cuentos, y del mismo modo se hará en área de Trabajo Social donde se abordan problemas de violencia, entre otros aspectos sociales.
También estará disponible para las ONG con las que trabaja el área de Disparidad, como por ejemplo “Autismo San Juan” que reúne aproximadamente 450 familias.
Una de las ideas es poder trabajar con “El Juego de las Coincidencias” en talleres escolares para lo cual se está planificando de manera conjunta.
En tanto el segundo, “Mi hermanito Almendrita”, está un poco más orientado a papás y familias. “Los padres que se enteran que esperan un hijo con discapacidad sufren un shock lógico y atraviesan un duelo ya que no es el hijo que imaginaban. A partir de ahí deben empezar a conectar con el bebe desde sus potencialidades, son etapas que llevan tiempo. La idea es que este libro sume a ese proceso cuando la familia lo crea conveniente”, asegura la autora, quien no descarta poder continuar con nuevos cuentos que aporten experiencias desde el amor y la comprensión.
* La autora
María Paula Moreno Aubone, autora de “Lucía, cuentos de amor para hablar de discapacidad” , es licenciada en Psicología, especializada en Niñez y Adolescencia. Actual Directora de Personas con Discapacidad de la provincia, También fue gabinetista de la Escuela de Educación Especial, Dr. Ramón Peñafort, trabajó en el Centro Andalue, fue profesora de Adolescencia en el mundo actual en la escuela secundaria 9 de Julio y miembro del Servicio de Niñez y Adolescencia en la Municipalidad de Santa Lucía.
¡Mi Hermanito Almendrita!
(uno de los cuentos del flamante libro)
La mamá de Lucía estaba embarazada y su panza ya estaba muy grande. Faltaba poquito para que su hermano naciera.
A la mamá le tocaba una nueva ecografía, entonces pasaron a buscar a Lucía por el colegio y la llevaron para que pudiera ver una de las últimas fotos de su hermano en la panza.
Ingresaron los tres al consultorio. El doctor destapó la panza y comenzó a realizar la ecografía. Mostró los pies y las manos, a Lucía le dio mucha risa porque el bebé se estaba chupando el dedo.
¡Qué gracioso!
En un determinado momento, Lucía notó que todos se quedaron en silencio y observó caras de preocupación en su mamá, su papá y el doctor. Nadie decía ni una palabra.
El doctor tapó nuevamente la panza y les dijo algo en voz baja a los padres de Lucía.
Al subir al auto, Lucía preguntó a su mamá: “¿Qué te dijo el doctor en secreto?”. La mamá miró al papá buscando aprobación y respondió: “El doctor nos dijo que tu hermanito tiene Síndrome de Down”.
“¿Y qué es eso?”, quiso saber Lucía, con el ceño fruncido.
La mamá respondió: “Es una condición que hace que tenga algunos rasgos diferentes en su carita, en sus ojos, en su lengua, etc”
Lucía se quedó mirando a su mamá sorprendida. En su cabeza comenzó a imaginar un montón de cosas. “¿Qué cara tendrá mi hermano? ¿Su lengua será de otro color?”. No podía dejar de pensar en ello.
Al día siguiente, su mamá comenzó a tener dolor en su panza. Fueron rápido al doctor porque el bebé ya estaba por nacer.
Lucía y su papá se tomaron de la mano y fueron juntos a la habitación a conocer al bebé. Lucía se sentía muy nerviosa por la posible apariencia de su hermano. ¡Qué emoción y qué miedo!
Al verlo, se sorprendió. Le dio un beso en la frente y quedó en silencio unos segundos. No pudo aguantar mucho. Se moría de ganas de consultar… hasta que dijo: “Mamá, mi hermano no es nada de lo que yo había imaginado. Mi hermano tiene ojitos como almendrita y su lengua es rosada igual que la mía, llora y toma leche como todos los bebés. Tiene pelos y dedos. ¿Por qué me decías que iba a ser diferente?”.
Los papás de Lucía no aguantaron la risa. Se abrazaron fuerte los cuatro. La mamá le dijo: “Tenés razón, hija. Tu hermano es igual a todos los bebés y tiene algo que ningún otro bebé tiene!”.
Lucía preguntó ansiosa: “¿Qué es?”.
“Nos tiene a nosotros como familia y te tiene a vos como hermana mayor”, respondió su mamá, con una gran sonrisa.
Lucía abrazó a su hermanito con ternura. ¡Era perfecto tal como era! Lo llamó en secreto “Almendrita”, por sus ojitos dulces.
Descubrió que ser diferente no significaba ser peor, sino simplemente único y especial. Aprendió que el amor de una familia es lo que realmente importa, y que tener un hermano, con o sin Síndrome de Down, era el regalo más grande del mundo. A partir de ese día, Lucía se convirtió en la mejor hermana mayor del mundo, siempre dispuesta a jugar, a cuidar y a amar a su pequeño Almendrita.

