Dos años y cuatro meses pasaron desde que la empleada pública jubilada, Rosalba Albarracín (71 años) fuera hallada asesinada a golpes en su casa del barrio Cruz del Sur, en Rawson. Y aunque hasta la fecha no se sabe quién fue ese sujeto que la mató a golpes entre las 18,02 y las 18.10 del 14 de marzo de 2023, la investigación iniciada para encontrar al homicida es descomunal. Un ejemplo: el sujeto en moto que los vecinos dijeron haber visto en el barrio haciendo fotos previo al homicidio, demandó más de 800 cotejos con vehículos similares, porque una de las cámaras cercanas al lugar del crimen, no captó por completo la patente y hubo que reconstruir todo a pulmón. Después de ese minucioso trabajo, supieron que era un empleado municipal que fotografiaba lugares donde se debía recolectar basura. Un procedimiento similar e igual de trabajoso se repitió con otra moto y otros tres vehículos que pasaron en horarios previos o posteriores al crimen, dijeron fuentes judiciales.
En todos los casos, los vehículos fueron localizados, verificadas las coartadas de sus conductores, que fueron sometidos a un examen de ADN. La prueba genética también se concretó con familiares, amigos, conocidos de esa mujer. E incluso con unos cinco presos del Penal de Chimbas cuya modalidad de ataque coincidía con la desplegada por el asesino de la jubilada.
Igual de trabajoso resultó también localizaron a todas las personas que pasaron caminando por el lugar en la franja de investigación establecida para el análisis.
En total, hasta ahora, hubo 32 cotejos de ADN que dieron negativo, pero la investigación no para, ya que está previsto hacer otros exámenes más. ‘Si hubiera un banco con datos genéticos la investigación podría simplificarse, pero en San Juan algo así no existe’, dijo el fiscal coordinador de la UFI de Delitos Especiales, que está a la cabeza de esa investigación, que tiene la específica colaboración de la licenciada en Criminología, Ana Luz Buccio, y el comisario Maximiliano Molina, jefe de la brigada de Delitos Especiales.
El cotejo de ADN incluso traspasó fronteras, porque las muestras del perfil masculino encontrado se enviaron para compararlas con las que tienen las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Mendoza, La Pampa y Salta, precisaron.
Otro chequeo ‘artesanal’ es de las huellas dactilares. En la escena del crimen detectaron tres de un posible sospechoso y ya se concretaron al menos 200 comparaciones con las que tiene registradas la Policía (la mayoría manualmente), con resultado negativo, pero aún en trámite porque no están agotados los cotejos, indicaron. Esas huellas también fueron enviadas a otras provincias, sin resultado positivo, por ahora.
El análisis de las redes sociales, el intenso, no menos descomunal y aún inconcluso análisis de los contactos telefónicos realizados en la franja horaria en examen (se analizaron más de 6.000 teléfonos). Y el trabajo de campo realizado por pesquisas que siguen la búsqueda de pistas sobre el homicida, forman parte de un trabajo de investigación que no se detiene.
Que la hubieran matado para robarle, que el homicida sea alguien de su entorno con el que mantuvo conflictos o un posible caso de violencia de género, son hipótesis sin descartar.
Una de las más importantes dificultades para esclarecer el caso, es el paso del tiempo.

