Quedó todo muy lejano desde que en 1993, Steven Spielberg marcó un antes y un después en el género de aventuras en el cine. Fue la emblemática Parque Jurásico (Jurassic Park) basada en la novela de Michael Crichton, la que inició una de las franquicias más taquilleras en la historia del séptimo arte. Con los años, hubo varias secuelas y hasta una segunda trilogía con Mundo Jurásico, con un reparto actoral muy diferente del original. Pero como Hollywood siempre tiene el toque de reciclar y extender narrativas, en este caso no hay excepción. Una vez más, hay un nuevo capítulo de una dinomanía que se ve no se extingue y plantea ahora otros enfoques y otros protagonistas. Es Mundo Jurásico: Renacer. Con la dirección de Gareth Edwards (quien ganó un alto prestigio en Rogue One como realizador) se pone al mando de la continuidad de la saga ahora con Scarlett Johansson, Jonathan Bailey, Manuel García-Rulfo, Rupert Friend y Mahershala Ali. Scarlet, interpreta a Zora Bennett, experta en operaciones encubiertas, contratada para liderar un equipo capacitado en una misión secreta para asegurar material genético de los tres dinosaurios más grandes del mundo existentes en el planeta. Cuando la operación de Zora se cruza con una familia civil cuya expedición en bote fue volcada por dinosaurios acuáticos merodeadores, todos se encuentran varados en la isla donde se encuentran cara a cara con un descubrimiento siniestro e impactante que ha estado oculto al mundo durante décadas. Así comienza un nuevo episodio en la lucha evolutiva por la supervivencia del más fuerte. La séptima entrega explora esta vez, el vínculo entre los dinosaurios y la biotecnología, con sus consecuencias éticas y por supuesto, pone sobre la mesa, la ambición desmedida y crueldad de las corporaciones económicas detrás de los experimentos para la manipulación genética. No obstante, a la fórmula de fusión entre aventura, acción y ciencia ficción, se le incorpora ahora un giro radical en la esencia del guión y el argumento a cargo esta vez por David Koepp, quien de alguna manera buscó recuperar el espíritu original de la novela de Crichton. Para quienes han seguido todas las películas, habrá nuevos misterios que se revelarán pero también, apreciará en pantalla nuevas criaturas en el panteón extenso de los saurios que habitan una isla desconocida. Sin embargo, el dilema moral en el uso de la explotación económica en el uso genético de los dinosaurios que deben adaptarse a un cambio climático hostil, es el punto movilizador de la acción y de la trama. Es ahí que se apoya la película en esta nueva perspectiva narrativa. Porque invita al espectador a reflexionar sobre qué haría en un contexto más real, el aprovechamiento y las consecuencias positivas o negativas de la biotecnología en la vida cotidiana y de la intervención humana en la naturaleza.

